Alimentos y transporte, lo que más subió en la zona norte

Algunas proyecciones hablan de una recesión el próximo año, mientras que otras hablan solo de decrecimiento.

Foto: LA PRENSA

Un dólar fuerte tiene un inevitable efecto en el aumento de los niveles de inflación.

lun 28 de noviembre de 2022

7 min. de lectura

En la vuelta final del 2022, el panorama económico hondureño de cara a 2023 luce condicionado por al menos tres factores importantes: Una inflación en los niveles de la gran crisis de 2008/09; un dólar fuerte con niveles variables de presión sobre el lempira y la perspectiva de un nuevo parón en la economía mundial ante una potencial recesión.

Aunque todavía es muy pronto para hablar sobre los alcances de la recesión y sus posibles efectos, si podemos analizar el comportamiento de los otros dos indicadores, sumamente ligados entre sí.

En el caso de la devaluación, o más precisamente, la depreciación de la moneda, de acuerdo con los precios de venta publicados por el Banco Central de Honduras (BCH), ha fluctuado entre 20 y 30 centavos de lempira en relación con el dólar.

0.29
Centavos
De lempira fue el aumento en el precio promedio del dólar entre abril y octubre de 2022, de acuerdo con las cifras del BCH.

Después de una breve recuperación entre enero y abril, el precio de la divisa norteamericana fluctuó sobre todo al alza, acelerando dicha tendencia hacia el mes de agosto y ubicándose, al cierre de los primeros diez meses del año en un precio promedio de 24.80 lempiras por dólar.

Tales fluctuaciones en los tipos cambiarios producen un inevitable efecto en los niveles inflacionarios, al punto que, por primera vez en más de una década, Honduras cerrará el año con una previsible inflación de dos dígitos.

Panorama inflacionario

De acuerdo con el más reciente Indice de Precios al Consumidor (IPC) publicado por el BCH, correspondiente al mes de octubre, la inflación acumulada en los que va del año es de 8.05%, mientras que la inflación interanual, ya llega al 10.18%.

A lo largo de los últimos 12 meses, el rubro de los alimentos y bebidas no alcohólicas es, sin ninguna sorpresa, el que mayor incremento ha registrado desde octubre pasado, incrementando los productos de consumo en este grupo en una media de 11.8%.Otros rubros con incrementos significativos incluyen el de mobiliario y artículos para el Hogar (10.6%); Recreación (9.7%) y Transporte (9%).

10.3

Por ciento

Es la meta de inflación trazada por el BCH en la más reciente revisión de su Plan Monetario efectuada en el mes de agosto.

En cuanto a la inflación por zona geográfica, el panorama es muy variado pues este indicador económico no afecta de la misma forma en todos lados ni en los mismos rubros.

Sirvan de ejemplo los datos que aporta el BCH, en donde el el rubro de alimentos es el que más subido sus precios en casi todas las regiones del país, a excepción de la zona central no metropolitana, en donde el rubro que más ha subido sus precios es el de la Salud.

En esa misma línea la zona oriental sería la que más incrementos registra en el rubro de transporte, mientras que el de mobiliario y artículos para el hogar aumentó más en la región central metropolitana.

Si hablamos de alojamiento, servicios públicos o combustibles, en ninguna región aumentó más que en la Norte Metropolitana, pero si examinamos las cifras individuales de dicha región (ver cuadro gráfico), después del rubro de alimentos, los que más han subido son los de hoteles y restaurantes (12.3%) y Transporte (12.1%).

De modo que la inflación no afecta de la misma forma ni en todas las regiones ni en todos los rubros, sino que cada una registra sus propios niveles inflacionarios, los que, eso sí, han subido en todas.

Metas vs realidad

El desempeño de los indicadores económicos pone a prueba las previsiones del gobierno., que, en su Programa Monetario 2022/23, ya preveía,, en su última revisión de agosto de este año, unos niveles inflacionarios en el orden del 10.3% al cierre de 2022, una expectativa que el país parece encaminado a cumplir, si bien algunos analistas prevén que estas metas puedan llegar incluso a superarse.

“Viendo todo lo que está sucediendo, muchos rubros de alimentos como huevos carne de cerdo o frijoles, que tienen mucha incidencia en el nivel de inflación, es muy probable que (el índice de inflación) llegue a 12% o más” advierte la economista Liliana Castillo, anterior presidenta del Colegio Hondureño de Economistas (CHE).

Castillo agrega que, de cara a lo que pueda pasar en 2023, las autoridades debieran considerar la posibilidad de tomar medidas como el aumento del encaje legal en los bancos e incluso el incremento de la tasa de política monetaria (TPM, que actualmente es del 3%) a fin de paliar la espiral inflacionaria.

Sin embargo, no todos los analistas económicos están de acuerdo con esa clase se medidas. En el blog “Honduras y su Economía”, el economista Raúl Reina que, aunque el aumento de la TPM es vista como una “panacea para controlar la inflación”, advierte que dicho punto de vista se origina en lo que han hecho otros países como Estados Unidos, y sin embargo, sostiene Reina, esa forma de ver la situación comete el error de no tener en cuenta la realidad económica de cada país.

“No hay mejor ejemplo de cómo se ha extendido la creencia de que las medidas económicas son de aplicación universal y sus resultados serán iguales en cualquier lugar del mundo que se apliquen, desconociendo que la economía también es una ciencia social y por tanto se debe tener en consideración la realidad histórica de cada país”, dice Reina.

En similares términos se expresa el analista Alberto Benítez, quien reconoce que aunque “no es fácil tomar decisiones de política monetaria, pero mantener la tasa de política monetaria sería lo más adecuado, porque se trata de impulsar las inversiones en el país y si se incrementa el costo de los créditos hay menos incentivos para la inversión”.

Efectos de la recesión

El más reciente parón económico importante se dio con la pandemia de covid-19. La reducción de la actividad económica, ante una posible recesión trae aparejados tanto efectos negativos como positivos.

“Por la parte comercial no nos van a demandar muchos de nuestros productos de exportación. (...) También podría reducirse el empleo (...) y la inversión. analiza la economista Castillo. Benítez, por su parte, nos recuerda que los organismos internacionales todavía prevén crecimiento para la economía mundial, si bien este será menor en 2023, según las previsiones.

“Se habla de una recesión, pero hay que diferenciarla del decrecimiento", señala el analista.

El desempeño de los indicadores económicos pone a prueba las previsiones del gobierno., que, en su Programa Monetario 2022/23, ya preveía,, en su última revisión de agosto de este año, unos niveles inflacionarios en el orden del 10.3% al cierre de 2022, una expectativa que el país parece encaminado a cumplir, si bien algunos analistas prevén que estas metas puedan llegar incluso a superarse.

“Viendo todo lo que está sucediendo, muchos rubros de alimentos como huevos carne de cerdo o frijoles, que tienen mucha incidencia en el nivel de inflación, es muy probable que (el índice de inflación) llegue a 12% o más” advierte la economista Liliana Castillo, anterior presidenta del Colegio Hondureño de Economistas (CHE).

Castillo agrega que, de cara a lo que pueda pasar en 2023, las autoridades debieran considerar la posibilidad de tomar medidas como el aumento del encaje legal en los bancos e incluso el incremento de la tasa de política monetaria (TPM, que actualmente es del 3%) a fin de paliar la espiral inflacionaria.

Sin embargo, no todos los analistas económicos están de acuerdo con esa clase se medidas. En el blog “Honduras y su Economía”, el economista Raúl Reina que, aunque el aumento de la TPM es vista como una “panacea para controlar la inflación”, advierte que dicho punto de vista se origina en lo que han hecho otros países como Estados Unidos, y sin embargo, sostiene Reina, esa forma de ver la situación comete el error de no tener en cuenta la realidad económica de cada país.

CLAVES
  • > 1. Al reducirse la actividad económica, se reduce la demanda de bienes y servicio, lo que se puede traducir en Honduras en una caída de las exportaciones y el aumento del desempleo, como de hecho ya se ha visto en los cierres de varias empresas maquiladoras.
  • > 2. La caída en la demanda de materias primas tiende a reducir los precios de estas, como la de petróleo, por ejemplo. Esto a su vez hace que bajen los precios de los derivados, impulsando reducciones de precios y aliviando el bolsillo de los consumidores.
  • > 3. Organismos internacionales todavía hablan de crecimiento económico en 2023 y Honduras no sería la excepción, por lo que algunos analistas prefieren hablar de una desaceleración económica y no de una recesión propiamente dicha como tal.

“No hay mejor ejemplo de cómo se ha extendido la creencia de que las medidas económicas son de aplicación universal y sus resultados serán iguales en cualquier lugar del mundo que se apliquen, desconociendo que la economía también es una ciencia social y por tanto se debe tener en consideración la realidad histórica de cada país”, dice Reina.

En similares términos se expresa el analista Alberto Benítez, quien reconoce que aunque “no es fácil tomar decisiones de política monetaria, pero mantener la tasa de política monetaria sería lo más adecuado, porque se trata de impulsar las inversiones en el país y si se incrementa el costo de los créditos hay menos incentivos para la inversión”.

Efectos de la recesión

El más reciente parón económico importante se dio con la pandemia de covid-19. La reducción de la actividad económica, ante una posible recesión trae aparejados tanto efectos negativos como positivos.

“Por la parte comercial no nos van a demandar muchos de nuestros productos de exportación. (...) También podría reducirse el empleo (...) y la inversión. analiza la economista Castillo. Benitez, por su parte, nos recuerda que los organismos internacionales todavía prevén crecimiento para la economía mundial, si bien este será menor en 2023, según las previsiones.

“Se habla de una recesión, pero hay que diferenciarla del decrecimiento”,señala el analista.