28/04/2024
12:15 AM

Todos los días

  • 03 octubre 2015 /

Según datos de la ONU para 2050 serán 2,000 millones de personas mayores de 60 años.

    San Pedro Sula, Honduras

    ¿Un día? ¿Algunos más? ¿Todos? Pregunta que puede tocar el ámbito de la retórica, pero llegan oportunamente con motivo de la celebración de la jornada mundial establecida en 1990 por la Organización de las Naciones Unidas para crear conciencia en la población de la importancia que tienen las personas mayores, de las cuales aprender por su experiencia en los quehaceres diarios de la vida y sabiduría acumulada con los éxitos y las desilusiones.

    Las cifras y estadísticas suelen ocultar los verdaderos problemas, pues por muy exacto que sean los números no contendrán los conocimientos ni los sentimientos de los seres humanos, cuyo número es presentado como dato oficial. Según datos de la ONU, existen casi 700 millones de personas mayores de 60 años y se prevé que para 2050 serán 2,000 millones, esto es más del 20% de la población mundial.

    El lema de este año, más adaptado a sociedades industrializadas, se centra en dos elementos: “La sostenibilidad y la inclusión de las personas mayores en el entorno urbano”. El éxodo, factor particularmente importante y significativo en Latinoamérica, hacia las urbes preocupa por el impacto que causa en las personas de la tercera edad habituadas a ambientes familiares y de vecinos, donde “todos nos conocemos” y los efectos para las personas en su vivencia personal y familiar.

    El objetivo de la celebración de este año es mostrar que “una agenda que incluya a las personas de edad es crucial para que los entornos urbanos sostenibles promuevan la equidad, el bienestar y la prosperidad para todos”. El desarrollo y la expansión de la urbanización también alcanza a las personas de la tercera edad, sumamente sensibles a los cambios vertiginosos de una sociedad tecnológica que tacha de obsoleto al inmediato pasado, incluyendo a las persona en el calificativo de “descarte”.

    En Honduras, una sociedad joven, necesitamos la experiencia de las personas mayores, los conocimientos que la han acompañado durante décadas y la sabiduría que se ha ido acumulando entre ambas. El desafío es hacer confluir en el hoy, el ayer con toda su carga de ilusión y recuentos y el mañana con energía y sin fronteras. De la cultura asiática tendríamos que aprender el respeto, la gratitud y la veneración hacia las personas de la tercera edad, de manera que el honor vuelva a ser centro de nuestras relaciones individuales, familiares y colectivas.

    Nos falta mucho, aunque en las leyes estén plasmados algunos beneficios para aliviar las dificultades de los mayores, que sentirán, sin embargo, más el aprecio y el cariño con la comunicación hacia ellos, con las deferencias como muestra de aprecio, con el respeto, signo de agradecimiento, y con las atenciones y cuidados exigidos ya por sus años. ¿Un día? No, todos los días.