La Escuela Victoriano López llega a sus 75 años de existencia ininterrumpida, bautizada muy merecidamente en honor a su fundador, compatriota que, con espíritu visionario, se percató de la necesidad de abrir un espacio formativo para encauzar las aptitudes y talentos musicales locales, que, por falta de oportunidades, se desperdiciaban, dedicados a menesteres ajenos a su vocación, especial talento y opción existencial.
La ocasión fue propicia para realizar un concierto dirigido por un exalumno con estudios avanzados en Francia, hoy su director artístico, evento acuerpado por las y los melómanos. En su amplio repertorio incluye tanto composiciones nacionales como clásicas, ofreciendo así una gama de interpretaciones, con el mismo fervor y destreza técnica.
Esta academia, forjadora de talento artístico, fue y continúa siendo una iniciativa privada, con el respaldo de la Asociación del Cuerpo Consular acreditado en nuestra ciudad. A lo largo de los años ha logrado forjar a generaciones de jóvenes, de ambos sexos, que han optado por hacer de la música su profesión y razón de vivir. Este espacio recreativo y educativo merece el apoyo y respaldo permanente por parte del comercio, industria, Corporación Municipal, ciudadanía.
La música constituye un lenguaje universal que trasciende geografía, etnias, culturas, temporalidades. Nos convierte en personas sensibles, más humanas llegando a los sentidos y al espíritu de manera directa e integral. Unifica a los pueblos, demostrándoles que el goce de este sublime arte, lejos de dividir, convoca y reúne a las naciones, tanto en tiempos de paz como de conflictos bélicos.
Quién no recuerda el conmovedor episodio cuando en una Navidad, soldados enemigos, enfrentados en la Primera Guerra Mundial, abandonaron sus trincheras, deponiendo sus armas para, al unísono, cantar “Noche de paz, noche de amor”, en sus respectivos idiomas.
Algunas (os) de los egresados han permanecido en el país, otros han encontrado oportunidades laborales en el exterior, pero todas y todos por igual, al preguntárseles en dónde iniciaron sus estudios musicales, responden con orgullo y satisfacción: en la Escuela Victoriano López, ubicada en San Pedro Sula, Honduras. Si sus remuneraciones salariales no son las óptimas ni las deseables, compensan tales ingresos con fervor, convencidos de que, de volver a nacer, igualmente dedicarían su tiempo y esfuerzo a su formación musical, para que en su momento, formar a las generaciones emergentes que les sucederán en las rutas y trayectorias de la armonía y la composición.
Larga y fructífera vida le deseamos a esta prestigiosa institución cultural, orgullo de San Pedro Sula y la patria.
