15/06/2024
03:36 PM

Limpieza en el servicio exterior

    Con ocasión de la separación ordenada por el presidente de la República de ocho cónsules que se venían desempeñando en varias ciudades de los Estados Unidos, tras algunas denuncias de emisión y venta de documentos considerados por la Cancillería como ilegales, el tema de la reestructuración de nuestro Servicio Exterior vuelve a tomar auge.

    Según lo manifestó el mandatario hondureño en declaraciones vertidas a periodistas de San Pedro Sula, se reducirán en más del 50 por ciento los funcionarios y empleados del Servicio Exterior, porque en su opinión “hay muchos, y algunos no ejercen sus funciones con dignidad”, y “debo repetir algo, quien sirva al Estado de Honduras debe servir con lealtad al pueblo hondureño, particularmente a los que están en Estados Unidos”, acotó. Declaraciones que rindió en ejercicio de su atribución constitucional para dirigir la política exterior de Honduras y sus relaciones internacionales, que le competen.

    Si bien es cierto que en nuestro Servicio Exterior existen magníficos diplomáticos, también es muy cierto que hemos tenido algunos que han incurrido en graves irregularidades, hasta el punto de haber sido despedidos para evitar su declaratoria de non gratos, poniendo en precario la buena imagen del país y nuestra diplomacia puesta en la palestra pública, y calificada por cierta prensa como “diplomacia estilo hondureño”.

    Por eso llama la atención las declaraciones del presidente Hernández, mostrando un interés legítimo en mejorar y adecentar nuestro servicio diplomático y consular, que de concretarse, dejará atrás el predominio del compadrazgo político en la elección de los jefes de misión y demás funcionarios, más aún que la nueva Ley del Servicio Diplomático y Consular exige para su nombramiento calificaciones muy especiales de tipo académico y culturales, que tienen como fin primordial el fomento de nuestras relaciones bilaterales, económicas, culturales y científicas entre Honduras y el país receptor, que es la obligación más importante de nuestros embajadores, además de la divulgación de nuestros valores nacionales en sus variadas manifestaciones, lo que también va para el servicio consular.

    Es necesario que se proceda entonces a la integración de un cuerpo diplomático y consular eficiente, tal como lo aspira el presidente de la República al expresar: “deben tener corazón para atender a la gente más humilde y pobre”, refiriéndose a los inmigrantes hondureños que acuden a nuestras oficinas diplomáticas y consulares en busca de orientaciones o ayuda para concretar su sueño americano.

    La ley relacionada es muy clara, y deben cumplirse los requisitos de la misma para la selección de los funcionarios del Servicio Exterior en base a su capacidad profesional y a sus aptitudes morales, de esta manera evitaremos la repetición de bochornosos hechos del pasado, que han puesto en precario nuestra dignidad nacional.