26/04/2024
09:42 AM

Irresponsabilidad

    El cambio climático, aplicado a múltiples problemas en nuestro país, es calificado de culpable por la escasez de agua, sequía, apagones anunciados y de extremos fenómenos naturales. ¡Pobres las víctimas de todo esto! Que somos todos, unos en mayor grado que otros. Sin embargo, como en los cuentos infantiles de hadas y ogros, los funcionarios pasan de un puesto a otro, aunque su irresponsabilidad es causante de graves situaciones.

    No está a la vuelta de la esquina lo del cambio climático, sino que por décadas y en épocas bien concretas venimos escuchando los hondureños las quejas y denuncias por falta del vital líquido, por escasez de agua que desde hace ya años se agudiza en la zona en camino de desertización. Pero en las esferas oficiales como “quien oye llover”, ironía cruel en estos tiempos en que hay ríos secos, planificación en racionamientos y pérdidas de cultivos. ¡Casi nada!

    “Tenemos agua disponible hasta mediados de abril”, es el grito desesperado, por enésima vez, en Choluteca que refleja el panorama desolador en el sur. Claro que se repite porque año con año es lo mismo o parecido sin que aparezca iniciativa alguna para solucionar el problema. Además de las condiciones climáticas, el aumento en la población ocasiona mayor demanda para consumo humano y cultivos en el campo. Pero la experiencia nos muestra que el conformismo no desaparece y con las primeras lluvias, cada vez más retrasadas e irregulares, se archiva como anécdota la situación y ya regresará el próximo año. Si echamos la mirada al sector agropecuario, el desaliento y el pesimismo es parecido, porque a medida que avanza el verano el campo “quemado”, los cultivos perdidos y las reservas alimenticias agotadas es el espejo anual de desastre previsto, pero no prevenido. En síntesis, la ejecución de la planilla salarial es sagrada, pero su medición por obras que favorezcan a la ciudadanía es otro cantar que a muy alto precio pagamos con los impuestos. ¿Quiénes son los responsables de estas situaciones? Muchos millones cuesta la represa de Patuca, ya terminada, y vienen los apagones. ¿Para qué se invirtió? Ahora es que las centrales se hallan rebasadas y las líneas al tope, pero no por culpa de quienes administran la energía eléctrica, de quienes firman contratos, sino de la población que al estar en casa en las primeras horas de noche enciende las luces o los aires acondicionados. Los funcionarios y ejecutivos, altamente pagados no remunerados, porque no lo merecen, disfrutan de sus ingresos sin que se les haga deducción de responsabilidades por el agravamiento de la situación. No es el cambio climático el mayor enemigo, sino la inmovilidad de funcionarios.