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11:14 PM

A oscuras

  • 19 febrero 2020 /

Lo que más inquieta es que es una situación que pudo y puede evitarse.

    San Pedro Sula, Honduras

    Vívidos permanecen los recuerdos de los prolongados apagones que padecimos los hondureños cuando, durante el gobierno del Dr. Reina, hubo problemas con la generación de energía en la central hidroeléctrica Francisco Morazán. Había días en los que se contaba con electricidad en los hogares apenas ocho horas, de las veinticuatro, y las familias tenían que levantarse a oscuras y, luego, acostarse a oscuras.

    Las amas de casa se las ingeniaban para proveer a la prole de alimentos que no fueran a descomponerse, y la compra semanal de productos perecederos como carne o lácteos se sustituyó por la visita diaria al mercado, pulpería o supermercado porque refrigeradoras y frízeres pasaron a ser muebles decorativos en muchas cocinas.

    Gananciosos resultaron los vendedores de estufas a gas, así como los distribuidores de este producto, mientras las empresas televisoras se veían afectadas porque sin electricidad no podían verse ni noticas ni novelas, ni nada.

    Las calles de las ciudades, grandes y pequeñas, en las que hay instalados negocios se volvieron intransitables porque el ruido y el humo de los generadores las volvía insoportables. Pasó hace veinticinco años y no lo hemos olvidado.

    Y porque no lo hemos olvidado es que nos causa muchísima preocupación que exista la real posibilidad de que el país vuelva a sufrir racionamientos que, tal vez, no sean de la misma magnitud, pero que, por equitativos y breves que pretendan ser, generan pérdidas incuantificables, malestar y entorpecen el normal desenvolvimiento de la vida de la ciudadanía. Encima, hace veinticinco años la delincuencia no había llegado a los niveles actuales porque la falta de energía también imposibilitará el uso de equipos de vigilancia o condenará a las personas a caminar en penumbras, a merced de ladrones de toda calaña.

    Lo que más inquieta es que es una situación que pudo y puede evitarse. De allí que todos esperamos que cada una de las instancias involucradas en el sector: la Cree, la Junta Interventora de la Enee, el Congreso de la República, en primer lugar, deben darle la importancia al tema. Es asunto de seguridad personal y nacional. Por favor, hagan algo al respecto.