26/04/2024
01:24 PM

Siendo suficientemente astutos

Salomón Melgares Jr.

Alberto Manguel expresó en una oportunidad que el amor por la lectura es algo que se aprende, pero no se enseña. De la misma forma que nadie puede obligarnos a enamorarnos, nadie puede obligarnos a amar un libro.

Son cosas que ocurren por razones misteriosas. Pero de lo que sí estaba convencido es que a cada uno de nosotros hay un libro que nos espera. En algún lugar de la biblioteca hay una página que ha sido escrita para nosotros.

Hoy, pues, quiero compartirles aquí una de esas páginas que, creo, fue escrita para nosotros. Esta dice: “A mí, Señor, me has confiado la administración de muchas cosas: mi familia, mis amigos, mis talentos... sin embargo, no siempre los trato bien ni aprovecho todo lo que me has dado; malgasto tus dones. A veces, ni siquiera me doy cuenta de que están ahí, me ciego, y me preocupo sólo por disfrutar mi vida.

No soy lo suficientemente astuto para asegurar el futuro que realmente importa: la eternidad. Todo lo que me das me debe ayudar a ir a Ti. Enséñame, Jesús, a utilizar bien mis dones”.Siendo honestos, con certeza clara y manifiesta, la época que vivimos prueba más que nunca lo que dice esa página. En arranques desenfrenados de egoísmo, solamente nos preocupamos por “vivir la vida”. Nos encanta pasar por alto.

Nos encanta malgastar. Nos encanta olvidar. No nos damos cuenta de que con ello defraudamos a nuestra familia y amigos y desperdiciamos los talentos que tenemos y que deberían ser para el bien común. Pero, sobre todo, esta atención desmedida al propio interés nos está obstaculizando relacionarnos bien con Dios. Estamos, entonces, siendo ingenuos en vez de astutos, torpes en vez de listos. Que no sea más así, querido lector.

“Sé muy bien lo que tengo planeado para ustedes, dice el Señor, son planes para su bienestar, no para su mal. Son planes de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11 PDT).