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Partido Liberal, ¿entregado a Libre?

  • 30 agosto 2023 /

Los partidos políticos tienen fecha de caducidad. Aquí mueren, viejos. O en muy tierna edad. El Partido Liberal es el más antiguo de Centroamérica. Y, su hermano gemelo, el Partido Nacional, le sigue en edad y actividad.

Es decir que, tanto el uno como el otro, nacen del mismo tronco y solo se diferencian por el énfasis sectario: Policarpo Bonilla, líder del sector “panterista” del Partido Liberal creado por Céleo Arias, defendía que se debía “gobernar con el partido y con los más fieles”.

En cambio, Luis Bográn, Juan Ángel Arias, Manuel Bonilla, Alberto Membreño y Carías Andino, preferían un gobierno nacional, en donde “tuvieran cabida todas las voluntades y los talentos”, para servir a la nación. Estos dos conceptos produjeron en 1919 el nacimiento del bipartidismo.

Y, desde la guerra civil-liberal en contra de Bertrand que quería imponer a Soriano, crearon las condiciones para que, en 1923, se organizara el Partido Nacional, bajo la dirección de Carías, aupado por sus austeros prestigios; y, el apoyo de Paulino Valladares, el intelectual más prestigioso de entonces.

Las diferencias partidarias, desde entonces, giraron alrededor del presupuesto. Aunque el relato sea distinto en lo formal, en lo esencial, la diferencia en el interior del Partido Liberal, son las posturas sectarias. Una facción suave, se agrupa en los restos del Partido Liberal, que dirige Rosenthal, y la otra facción liberal, ahora llamada socialista, más cercana al “policarpismo”; y que, opera bajo la “marca” comercial de Libre.

Manuel Zelaya es un caudillo liberal, heredero del sectarismo de Policarpo Bonilla que, en 1923, dividió al Partido Liberal y creó el Partido Liberal Republicano, con el cual concurrió a elecciones, facilitando el triunfo de Carías.

La incapacidad de unidad de las facciones liberales precipitó la guerra civil de 1924. Fantasma que ahora gravita sobre nuestras vidas, creándonos mucha ansiedad.

El liberalismo del siglo XXI es más débil que el del siglo pasado. Además, Zelaya es mejor caudillo que Policarpo Bonilla. Por eso, Libre en la primera elección que concurrió tuvo más diputados que el PL, cosa que Policarpo Bonilla, no consiguió. Ahora, por la debilidad de Carlos Flores, Elvin Santos, Luis Zelaya y Yani Rosenthal, antes que enfrentar a Zelaya, disputándole el favor de los liberales, asumen una tercera postura que, llevará posiblemente a que el Liberalismo de Villeda Morales y Bueso Arias, desaparezca, sustituido por el “liberalismo” socialista de Manuel Zelaya, que al final, en la muerte de los moderados, capturaría el nombre y apropiándose de la “marca”, Partido Liberal.

Zúñiga Huete enfrentó a Carías. Villeda Morales, Flores Midence y Rodas Alvarado hicieron un nuevo Partido Liberal, reformista moderado, que derrotó a los liberales de Carías Andino, Gálvez y Lozano.

Solo perdieron ante López Arellano y Zúniga Agustinus que, de nuevo, les ganaron la partida. En 1979, Rodas Alvarado rescató al PL. La facción liberal, -casi “caríista”- que logró el gobierno con Suazo Córdova en 1980, pactó una subordinación muy hábil con los militares.

Con Carlos Flores, el Partido Liberal perdió identidad y ya no se diferenció del Partido Nacional. De forma que, la rebelión de Manuel Zelaya, contra Flores, Pineda Ponce y Micheleti, se puede aceptar como una en contra de la entrega del liberalismo, en brazo de la facción más conservadora, representada por el Partido Nacional.

¿La postura del Central Ejecutivo, no será entonces, la aceptación que el liberalismo debe estar representado por Libre? Podría ser, en el fondo, la explicación de la conducta de los liberales conservadores, que se rinden ante los liberales más sectarios, herederos de Policarpo Bonilla que sostenía que el gobierno “debía ejercerse para los correligionarios y no para Honduras”.

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