¿Quién me ha robado el mes de abril? Sonó en el lugar, y alguien de mi grupo preguntó: “¿por qué será que abril es tan mencionado en las canciones?”. Buena pregunta, pensé, recordando a otros tantos que lo mencionan en sus letras además de Sabina; el Príncipe de la Canción, Frank Sinatra, entre otros.
Probablemente, la relación esté en la lluvia continua que caracteriza este mes, el bajón de ánimo tan natural que sentimos cuando el cielo se nubla y la nostalgia. En lugares como el Reino Unido, donde llueve casi todo el tiempo, se puede adivinar la tranquilidad y pasividad que envuelve a su gente. Ese sol que transmite energía y que se supone brilla más fuerte después de cada aguacero no es muy frecuente que se diga por aquellos lados.
Siguiendo con abril, y a pesar de que a nivel personal me resulta muy grato por muchas razones, no dejo de reparar en tristes acontecimientos sucedidos en el mundo, precisamente en este mes. Por mencionar tan solo algunos: el hundimiento del Titanic, la partida física de Lincoln, Einstein, Cervantes, Shakespeare, Juan Pablo II, Pedro Infante y María Félix. Curiosamente, esta última tiene el mismo día (abril 8) como fecha de su nacimiento y deceso.
También la analogía poética entre la lluvia allá afuera y la turbulencia en la vida o dentro de uno mismo me parece muy acertada. Ya en el siglo XVI Thomas Tusser hacía alusión a esto cuando mencionaba cómo era que los incesantes chubascos de este mes no permitían nada florecer (esta rima me salió sin querer). Pero luego trataba de alentar asegurando que todo ese torrencial tan solo preparaba el terreno para las bellas flores que aparecerían en el siguiente mes.
Algo así como el otro refrán que nos recuerda que “detrás de la tormenta, viene la calma” o el de “la luz al final del túnel”. A veces nos cuesta creerlo por lo largo que a veces nos resulta el famoso túnel, estará usted de acuerdo.
Y bueno, la verdad es que todo pasa, hasta el temporal más largo. Y mientras sucede, podríamos aprovechar la lluvia nocturna para dormir mejor, recordar que la que sucede afuera tiene varios propósitos bondadosos, igual que la que sucede dentro. Escuchar a Reik cuando nos dice que da igual si el cielo se cae mientras nos aseguremos de construirnos nuestro propio mundo donde resguardarnos.
Tampoco olvidar a Tusser cuando nos dice que “las lluvias de abril traen flores de mayo”.