27/04/2024
10:22 PM

¡La vida!

Alejandro Espinoza

William Shakespeare en su libro “Venus y Adonis medida por medida” nos dice que nos afanamos tanto en la vida y no somos más que un soplo; que habitamos una vivienda que se deteriora hora por hora.

No somos más que un juguete de la muerte porque aunque buscamos evitarla de todas formas corremos siempre delante de ella, lo mejor que tenemos es el sueño y sin embargo le tememos a la muerte, que no es otra cosa que un sueño.

Si eres rico, eres pobre por que al igual que un asno cuyo lomo se dobla bajo el peso de los lingotes, llevas tus pesadas riquezas, y la muerte, tarde o temprano, te descargará de ellas.

La realidad es que la vida que llevamos, hasta el viaje más planeado, muchas veces tiene giros inesperados.

Uno de los principios de una vida diferente es estar comprometido, establecer una agenda diaria, una rutina realista que programe en todas las áreas; establezca la dirección correcta, resultado de alinear sus pensamientos, emociones y acciones, logrando así la mayor efectividad y productividad, no pares de usar la imaginación, ya que allí no existen los imposibles.

Piensa en grande, sé determinado, concéntrate en tu crecimiento y desarrollo, rodéate de personas que añaden valor a tu vida, aprecia lo que tienes y vive agradecido aun por lo que no tienes.

Job un día maldijo el día que nació; pero cuando Dios le habla a Job no le habla de su picazón, no le habla de su miseria, es hasta allí que Job responde: “Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que no comprendía”, Job 42:3 RVR60.

Es hasta que llegamos al final del camino, levantamos la bandera blanca de la rendición, la gente reniega y dice que Dios no existe y se sienten impotentes por no poder demostrarlo; pero el Señor dice: “Yo sí puedo”.