01/05/2024
10:17 AM

La Latinoamérica de “Caso Cerrado”

Rafael Virgilio Padilla

El martes por la tarde, de un nueve de enero, me encontré con dos eruditos en un bar. Ambos eran investigadores académicos, oriundos de Chile, y recién llegados al Reino de los Países Bajos, donde yo también me encontraba.

Nos introdujimos y se asombraron al conocer a un hondureño, pues de Centroamérica solo se habían cruzado con un par de guatemaltecos, costarricenses y un nicaragüense en todas sus vidas.

Sintiéndome muy halagado y con una confianza del propio Lempira, me dirigí a ambos y dije: “pues en Honduras vemos a Chile como la estrella norte de la región latinoamericana - la definición del desarrollo y el progreso”.

A lo que ellos respondieron: “no hermano, si hay mucha gente pobre en Chile. Es una sociedad vertical que produce muchos ricos, pero una cantidad desgraciada de pobres”. Yo me sorprendí, pues como les dije a ellos yo imaginaba Chile con poca gente a quien le hace falte que comer, no como Honduras donde tenemos una tasa de pobreza arriba del 70%.

Ellos, con una fachada de concordancia, me dijeron: “claro, es una pobreza diferente; la gente se queja porque a fin de mes el salario no les alcanza para mantener una familia, todo, mientras los más ricos acaparan un porcentaje más y más alto de las rentas del crecimiento económico de la nación”. Yo asentí, y entendí que la pobreza extrema que he visto en San Marcos de la Sierra, en Guasculile y en Santa Rosa de Aguán, para nombrar a algunos, no es endémica en Chile como lo es en Honduras.

“Pues sobre Centroamérica”, tomando la palabra el chileno, dijo: “nosotros en Chile solo escuchamos sobre Bukele, las maras y la migración, pero si hay algo que me sorprende es que todos los centroamericanos que he conocido tienen un inglés de ‘Caso Cerrado’ we’on.”

Ambos nos reímos, a mi tal vez se me haya escapado una minúscula carcajada - pues creo que tiene toda la razón - ya que es cierto, los hondureños tendemos a querer hablar como americanos y vemos de menos a quienes tienen acentos fuertes.

Algunas personas en Honduras perciben los acentos como un signo de poca educación, pero al contrario, es un signo de valentía, la valentía de hablar otro lenguaje a pesar de su dificultad y de lo que los demás piensen.

Pero otra cosa también es cierta - los hondureños egresados de escuelas privadas y los que son mitad norteamericanos hablan como la Dra. Ana María Polo, y todavía más pintoresco, utilizan frecuentemente el spanglish - una mezcla de español e inglés que es una realidad cultural y social de todo centro y Norteamérica.

El spanglish produce frases tal como: “estoy super tired, así que me baño and going to bed” y “se me block el toilet entonces que llamar al plummer antes que llegue christmas”.

Todavía más increíble es que esta forma de comunicarse ha resultado en un fenómeno que marca todavía más la desigualdad en Honduras.

En Honduras la desigualdad no solo se pronuncia en la situación económica, sino también en demografía de la gente; en la geografía de donde vive la gente; y ahora también se pronuncia en la forma comunicacional de las personas. Pero Honduras no está sola en esta situación. El Salvador, Nicaragua, Guatemala, República Dominicana y México, todas viven una realidad similar. No más basta ir a un colegio bilingüe privado en cualquiera de estos países para confirmar este texto.