27/04/2024
02:50 PM

Los embarcados

“Por la calidad de los marineros hondureños, navieras incrementan oportunidades de empleo”.

Generalmente cuando nos referimos a los inmigrantes hondureños, lo hacemos pensando en aquellos compatriotas que abandonan el país en busca de mejores condiciones de vida y oportunidades de trabajo que no las tienen en Honduras, y cuyo destino principal es Estados Unidos en donde se fajan, a veces en jornadas de trabajo extenuantes para poder enviar dinero a sus familiares.

Estos son nuestros héroes anónimos que con sus remesas sostienen la economía del país, aportando con su esfuerzo y sacrificio unos 4,300 millones de lempiras anuales –lo que equivale al 18% del Producto Interno Bruto (PIB), que no lo produce ni la maquila ni las exportaciones de los cinco principales rubros de exportación del país–, cuya expatriación es motivada por la falta de fuentes de trabajo, la violencia y la necesidad de reencontrase con sus familiares asentados mayoritariamente en aquel país del norte.

Pero nos olvidamos del colectivo de compatriotas que se embarcan en la marina mercante y en los cruceros de lujo internacionales, los que globalmente ascienden a unos 30 mil hondureños, colocando a nuestro país como el primero a nivel latinoamericano con el mayor número de marineros embarcados, superados a nivel mundial, solamente por los filipinos.

Viajando recientemente en un crucero por algunas islas del Caribe y de los Estados Unidos, conocí a un compatriota de nombre Osman Cruz Benítez, oriundo de Tela, que se desempeña como camarero. Osman, en mi opinión, representaría a los hondureños que con su trabajo han hecho de este una devoción de servicio, poniendo en alto a nuestro país que se destaca hoy día por cosas negativas, y no por la eficiencia, cordialidad, esfuerzo, y superación de estos hondureños en alta mar.

Para alcanzar el mejor grado de competitividad en el área marítima, ya sea en los buques mercantes de diferentes nacionalidades o en los cruceros de lujo que navegan por los siete mares, nuestros marineros como Osman tienen que pasar por algunos estudios de marinería básica ofrecidos por la escuela adscrita a la Dirección General de la Marina Mercante ubicada en Omoa que los certifica a través de la embajada estadounidense, poseer un oficio o habilidad en el área hotelera o de servicio, y dominar un idioma, especialmente el inglés, aparte del don de gentes y cierto nivel de cultura que deberán ostentar. Actualmente existen programas que dan acceso a 19 líneas de cruceros que representan el 90% de estos buques a nivel mundial, quienes, por la calidad de servicio de los marineros hondureños, han demando una fuerza de trabajo de 600 marineros más, lo que por supuesto, en estos momentos de crisis debe enorgullecernos y motivarnos a apoyar a estos compatriotas por su contribución real a nuestra economía y a la imagen nacional.