29/04/2024
10:14 PM

Construyamos puentes

Escuchemos a los jóvenes.

Elisa Pineda

Escuchemos a los jóvenes. Es indispensable para que este país salga adelante, porque al final de cuentas, ellos enfrentarán un mundo seguramente más complejo que el que nos correspondió vivir.

La juventud no solamente es estruendo y rebeldía, es también voluntad de cambiar las cosas, a veces de forma poco ordenada y con acciones impertinentes propias de la inexperiencia y la arrogancia, ambas situaciones que el tiempo suele mejorar, en la mayoría de los casos.


Hace pocos días tuve la oportunidad de conversar con jóvenes universitarios estudiantes de Comunicación. Entre las preguntas valiosas que recibí encontré una que me llamó poderosamente la atención.


¿Cuál es el papel de los comunicadores en un contexto como el nuestro? fue más o menos la pregunta, con el complemento: ¿cuál cree que sea el futuro? Pude percibir cierto asomo de desesperanza ante la incertidumbre en la que vivimos.


El papel de los comunicadores es construir puentes -le dije- tal como propone el escritor y periodista uruguayo Mario Benedetti, en su poema Táctica y estrategia, que si bien no trata sobre los comunicadores es aplicable a este contexto.


“Mi táctica es hablarte y escucharte, construir con palabras un puente indestructible”, señala el poema.


Construir puentes, combinando las ideas, las inquietudes, las expectativas, las demandas ciudadanas y sus respectivas respuestas; informar; pero también orientar, un rol que ha crecido en importancia especialmente en el mundo de la posverdad, de la mentira amplificada.


Sería ingenuo pensar que solamente los periodistas tenemos un papel tan importante en esa labor de construcción, si tomamos en cuenta que gracias a las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC) ahora somos prosumidores, es decir, que los ciudadanos hemos pasado del consumo de contenido a la posibilidad de producirlo o alimentarlo.


En el mundo de la desinformación, de las emociones por encima de los hechos, tenemos un papel aún más relevante que antes, de esclarecer, de ayudar a modular a través de la propuesta de temas que hacemos a la comunidad.


Hoy, más que nunca, ante la cercanía de un proceso electoral que se avizora complejo, debemos construir esos puentes indestructibles para llegar a consensos mínimos que nos permitan no solamente definir las prioridades de la agenda nacional, sino también la manera de buscar soluciones para una realidad agravada por la pandemia.


No estamos para campañas vacías, de ataques y consignas sonsas, sino para propuestas concretas de cómo alcanzar objetivos bien definidos.


Los comunicadores políticos tienen el enorme reto de no construir abismos que luego no sea posible superar. Esto representa un verdadero desafío, especialmente en una sociedad acostumbrada a tomar decisiones impulsados por la emotividad.


No es momento para alimentar la desesperanza, pero tampoco para el falso optimismo.

Ambos suelen ser paralizantes y carentes de sentido, cuando es posible contrastar los hechos no solamente en razón de la experiencia, sino de Internet, que no olvida nada y que por el contrario está cargada de memoria colectiva.
Para construir puentes indestructibles ocupamos intenciones, ideas y propuestas de buena calidad, con plena participación juvenil. ¿Estamos preparados para que así sea o nos conformaremos con puentes provisionales? Todos tenemos un rol importante, elevemos el nivel de la conversación.