05/05/2024
10:06 AM

Conciertos y vocaciones musicales

Conciertos y vocaciones musicales

Se han desarrollado en Tegucigalpa, en los últimos días, dos importantes eventos musicales: el primero en el Centro de Arte y Cultura de la UNAH: una conferencia y un recital en homenaje al 130 aniversario de la muerte del genial compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky ocurrida en San Petersburgo, Rusia (1893).

En esta ocasión, Juval Valerio Hernández dictó una conferencia sobre la obra y la vida del compositor ruso y universal, seguido por la interpretación de once canciones, entre ellas la famosa Noches de Moscú, en la voz de la soprano Reina Orellana con el acompañamiento de Royer Sánchez en el piano.

Tuvimos la honrosa presencia del embajador concurrente de Rusia en Honduras, con sede en Managua, D. Alexander Kokholnikov y su distinguida esposa. La soprano, a pesar de la dificultad del idioma ruso supo darle a su voz y a su interpretación un toque de excelencia que sorprendió a la asistencia con un lleno total del foyer del Centro de Arte y Cultura de la UNAH.

Cada quien del público tenía en sus manos un folleto con la versión rusa y española del texto de las canciones. Entre nosotros, son más conocidas las obras orquestales del Tchaikovsky: las sinfonías, los conciertos para violín y piano, los ballets -sobre todo El lago de los cisnes- y sus óperas.

Tchaikovsky, sin embargo, nos dejó una importante obra para orquesta de cámara y muchísimas canciones con letra de los más importantes poetas rusos. Todas sus obras están presentes en todos las Salas de concierto más prestigiosas del mundo. Nuestras congratulaciones a Juval por su conferencia y a los intérpretes que nos brindaron una excelente e inolvidable velada.

El segundo concierto lo patrocinó la Orquesta Filarmónica de Honduras: El sonido de nuestras raíces.

El Teatro Nacional estaba lleno y el público aplaudió con mucho entusiasmo las interpretaciones. Te trató de la XVII interpretación de este homenaje a nuestra música, con arreglos sinfónicos de las más conocidas canciones del repertorio folklórico y popular creadas por nuestros compositores: Carlos Luna, Manuel Castillo, Lidia Handal, Pilo Tejeda, Marco Matute, Guillermo Anderson, Jorge Mejía, Rafael Coello Ramos, Rafael Manzanárez, Darío Ulloa y Carlos María Varela. Los arreglos pertenecen a Ramón Velázquez, Bryan Reyes, Javier Reyes, Camilo Corea, Héctor Gálvez, Jorge Mejía y Luis Nieto.

A la Orquesta se unió el Coro de la Filarmónica, la Marimba del Ministerio de las Artes y la Cultura, dos intérpretes de tambores garífunas y solistas vocales. Todos fueron capaces de acoplarse armoniosamente para ofrecernos una versión muy exitosa de nuestra música.

La orquesta, el coro y sus acompañantes sonaron de manera formidable, perfectamente acoplados y con la habilidad de transmitirnos el sentimiento netamente hondureño

.Jorge Mejía aportó la mayor parte de sus obras para el concierto y es él, uno de los más prolijos compositores nacionales con aportes sustanciales a nuestra musicografía. Su invalorable dedicación a la difusión de la música culta y la nuestra han caracterizado su trabajo arduo como director con formación en Alemania.

Ese afán le ha llevado a la dirección de obras monumentales como Carmina Burana de Carl Orff, del Mesías de Haendel y de la Novena Sinfonía Coral de Beethoven, con gran éxito.

Por este trabajo sostenido durante más de dos décadas, la Academia Hondureña de Geografía e Historia le ha postulado como candidato a Premio Nacional de Arte Pablo Zelaya Sierra que otorga el Estado de Honduras a sus connotados hijos. La selección de su nombre por el Jurado Calificador será un auténtico reconocimiento a una obra de composición y la difusión de la música sinfónica.

Hace unas semanas, la Escuela Nacional de Música de Tegucigalpa ofreció una velada con interpretaciones de los niños que están dedicadas al estudio del violín, discípulos del profesor Pascual García, quien al mismo tiempo se jubilaba y se despedía de sus alumnos tras una labor de 34 años formando excelentes violinistas para Honduras que han brillado en muchas orquestas sinfónicas del extranjero.

Singular actuación fue la de la niña Camila Ramos que interpretó, de memoria, el 3er. Movimiento del Concierto en La Menor para violín de Antonio Vivaldi.

Hay en esta escuela verdaderas promesas que, si se dedican con entusiasmo y perseverancia, podrían llegar a ser virtuosos de su instrumento.

También en San Pedro Sula, lastimosamente no tuve la oportunidad de asistir, hubo una importante audición de oboístas e intérpretes de otros instrumentos de viento (maderas y metales) para seleccionar candidatos a becas en el extranjero y para formar parte de las orquestas sinfónicas y de las universidades que andan en busca de talentos musicales. Felicitaciones a todos.