25/04/2024
07:08 PM

El ejemplo de San José

A eso se refería el papa Benedicto XVI en el mensaje que envió para el funeral de su amigo, el cardenal Meisner, en 2017.

Tal y como está la situación de la Iglesia, con un estudio sociológico hecho en Estados Unidos, que dice que uno de cada tres católicos de ese país está pensando apostatar, nada mejor que volver nuestra mirada al que la propia Iglesia considera, desde que Pío IX lo instituyera así en 1870, su patrono y protector: San José.

En una memorable homilía pronunciada por el papa Francisco en Manila en 2015, durante su visita a Filipinas, el santo padre invitó a fijarse en las enseñanzas que nos da la vida de San José. La primera que destacó es que Dios siempre le habló mientras él estaba descansando. Para el papa, esto es una invitación a “descansar en el Señor”. Es decir, a confiar en Dios y poner en Él nuestra esperanza. Cuando la situación se vuelve asfixiante, cuando el miedo nos atenaza, cuando no vemos futuro, cuando nuestras fuerzas fallan, cuando nos parece que nuestros enemigos son muchísimo más fuertes y listos que nosotros, cuando lo vemos todo perdido, es un buen momento para descansar. Descansar en Dios.

A eso se refería el papa Benedicto XVI en el mensaje que envió para el funeral de su amigo, el cardenal Meisner, en 2017, cuando elogiaba la paz con que el difunto cardenal -uno de los firmantes de los “dubia”- vivía los tiempos actuales: “Me conmueve que ha aprendido a dejarse ir en el último periodo de su vida, y ha sabido vivirla con la certeza profunda de que el Señor no abandona a su Iglesia, ni siquiera cuando la barca está a punto de volcarse”. No decía Benedicto que la barca estuviera o pareciera estar a punto de hundirse, sino que está ya a punto de hacerlo. No es una impresión. Es un hecho: “Está a punto de volcarse”, pero, aún no se ha volcado, aún no se ha hundido. Que San José, patrono de la Iglesia, nos ayude. Que él cuide de una forma especial a los futuros sacerdotes y a los que ya lo somos.