Por Emiliano Rodríguez Mega, Annie Correal y Jack Nicas/The New York Times International
Ciudad de México — Cuando Claudia Sheinbaum fue elegida como la primera Presidenta de México, muchos electores esperaban que ese momento histórico representara el principio del fin de la cultura machista y dominada por los hombres que durante mucho tiempo ha permeado la sociedad mexicana.
Trece meses después, Sheinbaum fue manoseada en la calle por un ciudadano, un crudo recordatorio de que México aún tiene un largo camino por recorrer en sus esfuerzos por garantizar la igualdad y la seguridad de las mujeres.
En internet, en la televisión y en sus hogares, las mujeres han expresado su indignación de que ni siquiera la Presidenta esté a salvo, y una resignación ante la posibilidad de que nada cambie.
La propia Sheinbaum preguntó: “Si esto le puede pasar a la Presidenta, ¿qué les va a pasar a todas las mujeres jóvenes y adultas de nuestro País?”.
Para muchas mujeres en México, el crimen contra la Presidenta el 4 de noviembre, en el que un hombre intentó besarla y le puso las manos sobre el pecho, fue una triste realidad. Activistas y políticas mexicanas afirman que la cultura machista enseña a los hombres que tienen derecho a controlar a las mujeres, y que el País tiene un sistema de normas que refuerza la desigualdad y la violencia.
En la Ciudad de México, donde el acoso y el abuso sexual son delitos, muchas mujeres afirmaron que la policía sólo registraba una denuncia si la víctima conocía el nombre de su agresor. Acudir a las autoridades era visto, en general, como una pérdida de tiempo; incluso si se presentaba una denuncia, era poco probable que resultara en una investigación exhaustiva o en un arresto, como ocurrió en el caso de Sheinbaum.
Sheinbaum asumió la presidencia prometiendo hacer del País un lugar más seguro y equitativo para las mujeres. Ha obligado a todas las instituciones de seguridad y justicia a reconocer que el género puede ser un factor determinante en un delito. Además, ha exigido que cada Estado cuente con una fiscalía especializada en feminicidios, que en México se definen como asesinatos en los que las autoridades pueden probar que una mujer fue asesinada por razón de su género.
“Basta de violencia contra las mujeres”, declaró Sheinbaum en marzo.
Nueva iniciativa busca justicia para mujeres víctimas de acoso
El 6 de noviembre, en respuesta a la agresión sufrida, Sheinbaum presentó una nueva iniciativa nacional que incluye un esfuerzo para tipificar el abuso sexual como delito punible en todos los Estados de México, capacitación para fiscales y jueces sobre delitos contra las mujeres, una nueva campaña pública para alentar a las mujeres a denunciar el abuso sexual y un proceso simplificado para hacerlo.
Aunque las mujeres mexicanas siguen siendo asesinadas a tasas superiores al promedio mundial, los feminicidios se encaminan a alcanzar su nivel más bajo en tres años este año, con 513 denuncias hasta septiembre. Sin embargo, la violencia no letal contra las mujeres apenas ha variado. En septiembre, se registraron 45 mil 500 llamadas de emergencia por violencia doméstica, una cifra casi idéntica a la del año anterior.
El hecho de que la Presidenta fuera manoseada a plena luz del día demuestra que México está lejos del cambio que Sheinbaum quiere, afirmó Mónica Tapia , quien dirige un grupo que capacita a mujeres para liderazgo político en México.
“Aunque sea la mujer más poderosa del País, está expuesta a la sexualización y la victimización”, dijo Tapia.
Cyntia Barrera Díaz contribuyó con informes.
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