Londres, Inglaterra.
Una nueva teoría sobre el fin del mundo ha inundado las redes sociales durante los últimos días. Se trata de una 'predicción' de uno de los físicos más famosos de la historia, Isaac Newton.
Basada en una serie de documentos, la teoría sugiere que Newton llegó a predecir el fin del mundo con exactitud y reveló que toca en 2060. Pero, ¿cómo pudo el científico llegar a esta conclusión?.
Newton, fervientemente religioso, empleó tiempo y esfuerzo en el estudio de las profecías bíblicas. Así, después de una serie de complicadas interpretaciones de las escrituras, y del Libro de Daniel, en concreto, el sabio inglés determinó que el mundo terminaría en el 2060. En una carta de 1704, conservada en la universidad hebrea de Israel se lee, sin embargo: “podría acabar después, pero no hay razón para pensar que pueda acabar antes”, recopila el diario El Confidencial.
 Isaac Newton estudió las sagradas escrituras en las que basó su predicción sobre el fin del mundo.
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El científico también propuso el 2344, 2090, 2132 o 2374 como fechas alternativas. Los expertos argumentan que, pese a que todas ellas “parecen arbitrarias”, 2060 ha ganado fama gracias a “la hermosa redondez del número y el hecho de que aparece en más de un documento”.
La explicación técnica de su cálculo numérico comienza con la frase siguiente: “Los 2.300 días proféticos no empezaron antes del alzamiento del pequeño cuerno de la cabra macho”. Luego, sigue descartando posibilidades: “Esos días no empezaron tras la destrucción del templo de Jerusalén por los romanos”; “Los tiempos del tiempo y tiempo y medio no comenzaron antes del año 800, en el cual empezó la supremacía de los papas…”.
Otro elemento a tener en cuenta, es que Newton no entendía ese final como una extinción completa de la vida, la desaparición del planeta o el fin el universo, sino como el advenimiento del “milenio”, es decir, el retorno de Cristo para establecer su reino eterno.
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La teoría de Newton es aprobada por muchos científicos que sostienen, de hecho, que aunque la tierra ha sido sacudida al menos cinco veces por cataclismos que provocaron extinciones masivas (la más famosa la de los dinosaurios a finales del cretácico), podríamos estar cerca del primer cataclismo –el sexto en la lista– provocado exclusivamente por nosotros mismos.
Lo cierto es que el fin del mundo se ha convertido en un concepto de moda, en un motivo narrativo recurrente, vaciado de su esencia espiritual. ¿Y usted qué opina?
