Expolicías protegían droga desde Atlántida hasta Copán

Nueva York

El juicio por narcotráfico del expresidente Juan Orlando Hernández entra esta semana en una etapa decisiva una vez que la Fiscalía de Nueva York culmine con sus testigos.

Este lunes subirá al estrado nuevamente el expolicía Mario Guillermo Mejía Vargas, para seguir siendo interrogado.

El viernes, Mejía Vargas, bajo el seudónimo de Geovani Rodríguez, confesó ante el jurado que estuvo implicado en el asesinato del “fiscal de oro” Orlan Arturo Chávez en 2013. Por este asesinato pesa un requerimiento fiscal en su contra emitido por la Fiscalía Especial de Delitos contra la Vida.

Manifestó además que junto a los exoficiales de la Policía Mauricio Hernández Pineda y Juan Ávila Meza se aliaron para darle seguridad a los cargamentos de droga con armas de la propia institución. A cambio recibían millonarios sobornos.

Él mismo les daba seguridad armada a los cargamentos de droga que eran trasladados en compartimentos falsos de volquetas desde Atlántida hasta Copán.

El exagente aseguró qué él y Mauricio Hernández Pineda se aliaron con el narcotraficante Víctor Hugo Díaz Morales, alias el Rojo, quien fue un hombre muy cercano al exdiputado Juan Antonio Hernández, a quien le pagaron millonarios sobornos presuntamente para financiar la campaña presidencial de Juan Orlando Hernández.

Una vez que culmine de testificar Mejía Vargas es muy probable que suba al estrado el Rojo, en condición de testigo de la Fiscalía.

El Rojo seguirá el mismo patrón de Devis Leonel Rivera Maradiaga y Fabio Lobo, quienes le manifestaron al jurado que pagaron sobornos a Hernández para su campaña presidencial.

En el juicio de Tony Hernández el testimonio del Rojo fue clave porque evidenció que a cambio de pagos tenía acceso a información e investigaciones en curso de la Policía.

Afirmará que a lo largo de 15 años que estuvo implicado en el tráfico de las drogas envió más de 140,000 kilogramos de cocaína a Estados Unidos. Además, participó en el asesinato de 18 personas.

Se implicó en tráfico de drogas a finales de los 90 junto a Héctor Emilio Fernández Rosa, alias Don H, un capo de la droga condenado a cadena perpetua por la justicia de Estados Unidos.

El Rojo asegura que Tony Hernández le daba información de los retenes policiales e investigaciones relacionadas con el narcotráfico para evitar incautaciones de droga y arrestos, a cambio de pagos de 5,000 dólares. Luego, comenzó a transportar, distribuir y hasta a fabricar cocaína en sus propios laboratorios.

Pero el desfile de testigos de la Fiscalía continuará. Los fiscales tienen previsto presentar como testigo este lunes a John Miller, un oficial de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), para identificar ejemplares de armas durante el juicio.

La defensa de Hernández Alvarado se opone a la demostración física de las armas y más bien sugiere que se identifiquen a partir de fotografías.

“No hay ninguna razón por la que el jurado necesite ver estas ayudas demostrativas en persona para comprender cómo funcionan. Sería como si el gobierno llevara ante el tribunal un contenedor lleno de cocaína solo para mostrarle al jurado cómo son varias toneladas de cocaína. No hay absolutamente ningún propósito”, sostuvo la defensa en un escrito.

Indica que a pesar de la acusación “tampoco ha habido evidencia de que el señor Hernández haya usado personalmente alguna de estas armas para promover la conspiración”.

Los abogados del expresidente podrán presentar sus testigos una vez que la Fiscalía culmine con su presentación.

Raymond Colon, quien forma parte del equipo legal de Hernández, ha manifestado a lo largo del proceso que tiene listo al menos a diez testigos, entre ellos un “testigo estrella” para declarar a favor de Hernández. Colon también ha expresado que el exmandatario tiene contemplado rendir su declaración ante el jurado.

Cuando culmine el desfile de testigos y presentación de pruebas, el juez Kevin Castel dará las instrucciones al jurado y este se retirará a deliberar para dictar su fallo.

Entre los 16 integrantes del jurado se elegirá a un presidente, quien anunciará al juez si existe una sentencia condenatoria o absolutoria, la cual deberá ser asumida por unanimidad.

“Ningún miembro del jurado debe permitir que lo presionen o empujen a tomar una determinada decisión. Cada miembro del jurado debe considerar detenidamente las opiniones y las razones de los demás jurados y evitar tener una actitud obstinada para demostrar que está en lo cierto”, indican las reglas de EUA.

En abril de 2022, el Ministerio Público, por medio de la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (Fescco) y la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN), ejecutó el aseguramiento e incautación de los bienes inmuebles, sociedades mercantiles y productos financieros a nombre del expresidente Juan Orlando Hernández.

El Ministerio Público informó en ese entonces que presentó solicitud ante el Juzgado de Letras de Privación del Dominio de Bienes de Origen Ilícito para el aseguramiento e incautación de 30 inmuebles distribuidos en los departamentos de Francisco Morazán, Olancho y Lempira, ocho sociedades mercantiles, 16 vehículos y productos financieros.

Dos años después, la ex primera dama, Ana García, explicó a EL HERALDO que los bienes siguen incautados y esa situación “ha limitado la posibilidad” para acceder a recursos económicos.

El pasado 12 de febrero de 2024, la familia Hernández, incluso, publicó un comunicado donde desmentía las declaraciones del abogado Raúl Pineda, quien aseguró que el patrimonio del exmandatario era de unos tres mil millones de dólares, según dijeron a él investigadores del gobierno de Estados Unidos.

“Es absolutamente falso que los bienes adquiridos por nuestra familia en las últimas décadas sean parte de una ‘fortuna’”, dijo la familia en un amplio comunicado.

Estos bienes fueron obtenidos de forma legal por medio de “trabajo y esfuerzo”, así como también por medio de una herencia del padre de Juan Orlando Hernández, puntualizaron.

García lamentó que muchos bienes incautados fueron heredados: “el Hotel Posada de Don Juan, es un hotel que tiene veinticinco años de funcionar y que es una propiedad que ha estado en la familia Hernández desde hace por lo menos setenta años”.