“Juicio deja claro que el poder absoluto corrompe”: Rafael Canales

Rafael Canales, presidente del Colegio de Abogados de Honduras, considera que las las probabilidades de éxito de JOH son limitadas frente a la fuerza de las instituciones judiciales.

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Para Canales, el caso del exmandatario envía un mensaje de que si se repiten los hechos, habrá más extradiciones en Honduras.

mié 21 de febrero de 2024

Estados Unidos

En el segundo día del juicio por narcotráfico contra el expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2022) en Estados Unidos, el abogado Rafael Canales, presidente del Colegio de Abogados de Honduras (CAH), concedió una entrevista a LA PRENSA Premium para abordar diversos ángulos en torno al proceso judicial. A continuación, la entrevista.

¿Cuál es su opinión inicial sobre el comienzo del juicio por narcotráfico contra el expresidente Juan Orlando Hernández en Estados Unidos?

Es un juicio inédito, el cual deja claro a toda la institucionalidad de un país que el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Es un juicio inédito, en el cual las probabilidades del expresidente Hernández no son tan grandes como las de la institucionalidad, realmente son muy pocas.

Dado que Hernández también es abogado, ¿cómo cree que esto podría influir en su estrategia legal y en la percepción pública del jurado?

Es muy distinto al poder tener algún tipo de ventaja en el sistema norteamericano. Creo que ayuda en algún grado el análisis de algunas pruebas, pero en la percepción del jurado no creo que influya de alguna manera.

A su criterio, ¿el expresidente Hernández debería subir al estrado a testificar? ¿Qué representa su aceptación o negación ante este recurso?

Pues creo que eso le va a sugerir la defensa. No obstante, al subirse al estrado tiene que estar muy bien preparado porque va a ser infinidad de pruebas y contra cuestionamientos por parte de la Fiscalía, que lejos de favorecerlo, también puede existir la posibilidad de perjudicarlo por el tipo de preguntas que le puede formular la Fiscalía.

¿Cuáles son sus valoraciones respecto a las pruebas que dice tener la Fiscalía de Estados Unidos contra el exmandatario?

Mi valoración es que existió una red inmensa que se mantuvo por muchísimo tiempo en Honduras y que tuvo la participación de la institucionalidad en todas las esferas y que ahora también están aprovechando la coyuntura de realizar algún tipo de negociación para reducir sus penas.

¿Cómo califica el desempeño de la defensa del exmandatario?

A la defensa en realidad la vi bastante pasiva y sobre todo permisiva en el sentido de que no hubo mociones. Me parece que tuvo que haber un mejor equipo en la defensa desde el inicio. Creo que solo hasta el final se vio un poco proactivo en mociones presentadas por el último abogado público que fue asignado por la Corte de Nueva York.

¿Podrían las pruebas clasificadas que contienen supuestas reuniones de Hernández con funcionarios y agencias de EUA ser suficiente arma para salir bien librado?

Las reuniones que se tuvieron a título diplomático y de relaciones exteriores con agencias de seguridad de EUA no van a abonar en la defensa del expresidente. Creo que van a tener un mayor peso las pruebas de haber un tipo de conspiración de dejar pasar o dejar hacer, ya que él tenía que estar como presidente totalmente informado.

¿Por qué cree que Hernández decidió ir a juicio y no negociar con la Fiscalía?

Mi hipótesis es que la situación que lo orilló más a no negociar es que no se presentó ningún tipo de negociación por parte de los fiscales porque se sentían seguros del caso. Y es por eso que él también, al no tener ningún tipo de propuesta, pues lo único que le queda es presentarse al juicio.

¿Qué implicaciones tiene este caso para el sistema judicial de Honduras y su reputación a nivel internacional?

Las repercusiones para la imagen y la credibilidad de un Estado de derecho sano, con seguridad jurídica, con instituciones, se ve vulnerado por este tipo de situaciones. Como hondureños, no nos alegra que ningún hondureño sea juzgado por este tipo de situaciones a los más altos niveles. A la vez manda un mensaje claro de que si se vuelven a repetir este tipo de hechos, en cualquier gobierno, serán enjuiciados o juzgados y pedidos en extradición a EUA.