Tegucigalpa, Honduras.
Desde ayer los hondureños han dicho presente a la Teletón y se volcaron a realizar sus donativos a favor de la población discapacitada.
Con entusiasmo y esperanza inició ayer a las 9:00 pm el evento Teletón 2018. La jornada de 27 horas de amor y fraternidad será suficiente para que los hondureños digan presente y se logre la meta establecida.
La Fundación Teletón propuso para este año recaudar 60 millones de lempiras, que solo será posible con el respaldo de la población.
La empresas, los empleados públicos, los estudiantes, los diferentes profesionales hasta las personas más humildes pueden aportar su granito de arena a la noble causa.
Entre los artistas internacionales confirmados están Maribel Guardia, Pablo Montero, María Conchita Alonzo, Laura Bozzo, Julian Figueroa, Biper y sus amigos, entre otros.
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Las donaciones arrancaron al filo de las 9:30 pm. El primero en hacerlo fue BAC, al entregar un aporte de un millón de lempiras. Tras conocer el aporte, la emoción invadió a los presentes, quienes con aplausos agradecieron el donativo.
A eso de las 9:45 pm la algarabía también se apoderó de la Teletón. La empresa de telefonía celular Tigo entregó 1,500,000 lempiras.
Fe y devoción.
En horas de la mañana se celebró una misa de acción de gracias en el Centro de Rehabilitación Integral Teletón (Crit) de la capital.
En el acto religioso se encomendó a Dios la jornada de amor. Estuvieron presentes la junta directiva de la Fundación Teletón, pacientes, terapistas y voluntarios.
El mensaje de la homilía se basó en el amor al prójimo, la solidaridad con los hermanos que más lo necesitan.
Ferrari.
Rafael Ferrari, presidente de la Fundación Teletón, envió un mensaje recordando cómo “hace 31 años con un grupo de extraordinarios hombres y mujeres nos propusimos extender la mano fraterna a miles de hondureños que necesitaban por sus discapacidades recibir la debida atención a sus problemas, algunos congénitos y otros por desgraciados accidentes.
Ese esfuerzo, que se inició con la entrega de los organizadores y el apoyo y credibilidad del pueblo aportante y del sentido desprendimiento de los empresarios, del pueblo y el sector público, sirvió para levantar un monumento de amor que año con año representa la más alta expresión de solidaridad humana”.
El empresario lamentó estar quebrantado de salud, pero no de espíritu. “Que el Señor siga iluminando nuestros pasos y mientras haya vida, que no se pierda la esperanza y la fe para que se mantenga este monumento de amor que entre todos hemos levantado”.
