En sus últimas horas en este mundo, un pueblo agradecido le rinde tributo a Ramón Abad Custodio López, el valiente médico que en los ochenta desafió al poder militar y civil, salvando centenares de vidas.
A un mes para cumplir 93 años, Custodio López falleció la madruga de ayer en su residencia, ubicada en Valle de Ángeles, Francisco Morazán.
Julieta Castellanos:
“Un hombre valiente comprometido con las causas de Honduras. Desde muy joven asumió su compromiso con el país” .
Desde su niñez fue comprometido con la democracia. Como sus padres Prudencio Custodio y Elisa López fueron víctimas de la dictadura de Tiburcio Carías Andino (1932-1949), desde niño le declaró la guerra al tirano, repartiendo hojas volantes para evitar que se reeligiera.
En 1956 participó en la toma del cuartel San Francisco para sacar a Julio Lozano Díaz, quien se había quedado en el poder.
A inicios de 1980 fundó el Comité para la Defensa de los Derechos Humanos (Codeh), su principal trinchera para enfrentar cara a cara a los militares y policías que capturaban a la gente con ideas contrarias al régimen imperante, cometiendo los más atroces crímenes.
Era la época de la doctrina de la seguridad nacional.Con la verdad como arma, Custodio hizo temblar a los militares y ninguno se atrevió a tocarlo.
Luego fue titular del comisionado nacional de los Derechos humanos (Conadeh) en dos períodos -de 2002 a 2008 y de 2008 a 2014- y nunca se supeditó ni alabó a ningún Gobierno.Fue “un hombre valiente comprometido con las causas de Honduras. Desde muy joven asumió su compromiso con el país.
“En los años 80 se constituyó en la voz que nos daba aliento y esperanza, sobre una las etapas más oscuras”, sostuvo la exrectora Julieta Castellanos, quien alabó la valentía extraordinaria de Custodio, enfrentando al poder militar y civil que ya estaba constituido.
Blanca Izaguirre:
“Deja una huella imborrable en la sociedad, en la historia y en la conciencia de todos los que le conocimos”.
Leonel Casco, uno de sus discípulos, lo recuerda como el pionero en la defensa, protección y promoción de los derechos humanos en el país, cuando imperaba el militarismo y la represión política.
“Ese carácter con que asumía las denuncias y se plantaba frente a los represores políticos y militar es lo que muchos compatriotas tenemos que imitar”.
El empresario Adolfo Facussé lo calificó como un gran defensor del pueblo, “un héroe moderno”. Después de tantas luchas, hoy Custodio dejará para siempre este mundo terrenal y comenzará su camino por la senda de la historia.
