15/06/2024
12:01 PM

Costumbres, historia y religión en festejos

En el departamento de Santa Bárbara la Semana Santa se vive en toda su extensión.

En el departamento de Santa Bárbara la Semana Santa se vive en toda su extensión. Más que las tradicionales excursiones de bañitas a balnearios de la zona, aquí se aprecia la devoción de la mano con la tradición.

Desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección son miles de “pateplumas” que se dedican a recordar la muerte y resurrección de Jesucristo con impresionantes actos que atraen a turistas nacionales y extranjeros.

Es durante los festejos de la semana mayor del cristianismo, que la mayoría de santabarbarenses que se han ido a vivir a otras ciudades regresan a la tierra que los vio nacer para vivir la tradición.

“La Iglesia tiene preparado cada detalle para que todo el pueblo disfrute de una verdadera reconciliación religiosa donde estemos unidos todos en un solo cuerpo, como lo hizo Jesús, que dio su vida en la cruz por nosotros”, dijo el padre Enrique Silvestre, párroco de Santa Bárbara.

La flor de coyol

Esta flor, olvidada por casi todo el año, en Santa Bárbara cobra vida durante la Semana Santa, especialmente el Jueves y Viernes Santo. Esta flor se lanza como símbolo de amistad entre las familias unidas por el amor y la fe.

Personas que viven en las partes altas de este departamento bajan a vender la flor de coyol como una forma de ganarse la vida.
En el pasado los indígenas también utilizaron los frutos de esta palma para obtener el aceite que hay en el coco de la semilla, el cual obtenían quebrandola entre dos piedras.

Con ella los visitantes tienen derecho a degustar su respectiva porción de chilate y dulces, como símbolo de haber hecho ya la “reverencia de rigor” y depositar la valiosa limosna al Señor.

El sacerdote Enrique Silvestre considera la tradición de lanzarse flores del coyol como el acto más divertido, pero con gran significado durante la Semana Santa.

Pueblo fantasma

Durante esta temporada es casi imposible no recordar a Yhamalá un pueblo Prehispánico ya desaparecido y del cual aún permanecen sus ruinas.

Yhamalá, fue una comunidad lenca de mucho auge en la colonia Española y que decayó después de una fuerte peste de cólera, enfermedad que también fue la causante de la desaparición del viejo Celilac, vecino de Yhamalá.

Don Rubén Interiano vecino de Nuevo Celilac cuenta que los muertos por la epidemia los enterraban de diez en diez, “fue una desgracia según nos contaron nuestros antepasados; de historia hay muy pocos datos, pero éste era un pueblo muy próspero, de muchas cosechas, hoy está en el abandono y hay muy pocos pobladores, los demás se fueron a vivir a Nuevo Celilac que fue fundada después de que desapareciera el Viejo Celilac”, cuenta el anciano.

Según el escritor Marlon Rodríguez, hay una leyenda interesante referente a una pintura rupestre que existe a la Orilla del río Jicatuyo que se llama la “Piedra del Sol” es un guerrero con un escudo, un sol y una luna, según los Lencas cuando el río llegaba hasta cierto nivel de la Piedra de Sol, marcaba buen futuro en las cosechas o hambrunas por inundaciones.