26/04/2024
12:56 AM

Diez meses al alza tuvieron el agro y la agroindustria de Honduras

Hasta octubre, exportaciones del agro crecieron $90 millones con respecto al 2019 y las de la agroindustria en $56 millones.

    San Pedro Sula, Honduras.

    El aumento en los patrones climáticos extremos, palpables en las recientes Eta y Iota, demanda de avanzar en la implementación de políticas nacionales de cambio climático en el sector agropecuario.

    Para Honduras, el aparato productivo aporta el 12% del producto interno bruto (PIB) y emplea al 30% de la población; pero desde antes de los fenómeno climáticos de noviembre pasado, la actividad ya estaba en condición muy vulnerable.

    El informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sobre el impacto negativo de las tormentas Eta y Iota en Honduras estimó que las pérdidas ascienden a 45,676 millones de lempiras.

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    Al desglose, el sector privado resultó el más afectado con 36,000 millones de lempiras, mientras que el sector público registró pérdidas por L9,400 millones.En cuanto a las pérdidas en el agro, el organismo de Naciones Unidas estima que superaron los L262 millones. No obstante, la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh), a través de su presidenta, Anabel Gallardo Ponce, dijo que ascienden a los cinco mil millones de lempiras.

    De acuerdo con la gremial privada, los desastres naturales dejaron más 10,000 hectáreas afectadas en diferentes puntos del país y distintos cultivos.

    “Considero importante saber las pérdidas generadas, pero más importante aun es cómo se va a apoyar a los productores, cómo lograr volver a los niveles de producción, cómo apoyar a los exportadores, puesto que algunos tienen los mercados prácticamente cerrados”, refirió el ingeniero agrónomo German Pérez Destephen.

    En su criterio, “lo que se perdió, se perdió, ya no se puede hacer nada. Ahora lo importante es cómo resurgir, pero para ello hay que apoyar a los productores, y cómo lo hará el Gobierno es lo que debe discutirse”.

    El sector agrícola aún asimila los daños derivados de Eta y Iota, por lo que urge de apoyo para resurgir.
    A pesar de los reveses por la pandemia, las exportaciones agropecuarias consiguieron mantener hasta octubre una leve tendencia de crecimiento, y representan el 75% del total exportado, según el informe de comercio exterior del Banco Central de Honduras (BCH).


    Al décimo mes de 2020, la exportación de productos del sector agroindustrial sumó 1,928.3 millones de dólares, superior en 3.0% ($56.2 millones) en relación con lo acumulado en octubre de 2019. En ese lapso, las exportaciones de productos agrícolas sumaron $756.4 millones que significaron $90.3 millones (13.6%) por encima al valor registrado durante el mismo lapso de 2019. “Si bien Estados Unidos, Centroamérica y Europa son los principales destinos de productos nacionales, ya sea de materias primas o manufacturas, es evidente la posibilidad y obvia la necesidad de diversificar los mercados internacionales”, refirió Pérez Destephen.

    Según el experto, se debe diversificar, en primer lugar, como estrategia para asegurar divisas y generación de empleo. También como una vía para potenciar el desarrollo de ciertas regiones del país que puedan convertirse en nuevos focos productivos, “que en vez de producir productos de bajo valor se enfoquen en productos de alto valor y demanda”.


    Perspectivas

    El informe Brújula Centroamérica 2021: escenarios y nuevos enfoques de desarrollo, elaborado por la Fundación Friedrich Ebert, indicó que para este año la región no ha emprendido una adaptación sustantiva a los cambios que se van presentado en el clima, aunque reconoce una mejor protección en algunas áreas protegidas.

    También destaca la capacidad de diagnóstico y avances notables en las acciones para evitar pérdidas humanas directas a causa de eventos climáticos.

    “Pero poco se ha logrado en detener el cambio de suelo forestal para actividades agrícolas y, mucho menos, se ha intentado para evitar los crecientes afectaciones en los cultivos de mayor consumo (como maíz, frijol, arroz y café), producto de los cambios en el régimen de precipitación y al aumento de la temperatura”, añade el estudio. Las estimaciones iniciales a nivel regional indican que los rendimientos de maíz disminuirían 35%, los del frijol 43% y el arroz 50% como promedio de Centroamérica en el escenario más pesimista entre el período 2001-2009 a 2100 si no se toman medidas de adaptación, revela una investigación de la Sica.

    Foto: La Prensa

    Hay una serie de cultivos identificados con potencial para diversificar las unidades productivas.
    Asimismo, la productividad del café en Centroamérica y República Dominicana también disminuiría 48% como consecuencia de cambios en la temperatura y precipitación, conforme a los pronósticos para el final del siglo que hizo la Sica. Ante ello, el organismo regional sugiere implementar políticas nacionales de cambio climático en el sector agropecuario. Por otra parte, las exportaciones de café de Honduras cayeron 17.2% en diciembre frente al mismo mes de la cosecha 2019-2020, por una menor demanda en el mercado mundial provocada por el cierre de los países importadores que buscaban frenar la propagación del covid. Las ventas externas alcanzaron en el último mes del año pasado 281,470.65 sacos de 60 kilos frente a los 339,952.31 sacos de la cosecha 2019-2020, según estimaciones del Ihcafé.

    “La baja en las ventas en diciembre se debe a una menor demanda del grano en el mundo por los confinamientos en los países compradores, especialmente en Europa”, según la Asociación Hondureña de Exportadores de Café (Ahdecafé).

    Para la cosecha 2020-2021, el sector cafetalero proyectaba una exportación de 8.2 millones de quintales de café, pero por el impacto de la pandemia y los efectos de Eta y Iota, el sector prevé 150,000 quintales menos.

    Diversificación

    Para resurgir ante los desastres de noviembre, los especialistas coinciden en que la adaptación climática requiere importantes respuestas a nivel de finca y más allá, que podrían incluir restauración de tierras degradadas, reordenamiento de usos de la tierra en los territorios y la diversificación de los medios de vida.

    “A medida va incrementando la liberación de dióxido de carbono y gases de invernadero lo que provoca son cambios dramáticos y catastróficos en la mayor cantidad de áreas adonde se cultivan productos agropecuarios.

    Honduras es uno de los países más vulnerables”, refirió Rommer Reconco, profesor asociado de Agronegocios de Zamorano. El especialista indicó que una manera de reducir los riesgos que supone la variabilidad climática en el agro es diversificar las unidades productivas.