San Pedro Sula, Honduras.
Para Aarón Pineda, subdirector del hospital Mario Rivas, la mayoría de las personas que duermen en los pasillos y aceras del centro asistencial no son pacientes ni familiares, sino indigentes.
Pineda manifestó que como autoridades del centro no pueden controlar el ingreso de estas personas que por varias razones llegan a dormir ahí.
“Estos pernoctan aquí, se han instalado, algunos tienen enrollados y guardados los colchones por allí. Han convertido los pasillos del hospital en su casa”, dijo.
Diario
LA PRENSA publicó en su edición de ayer lunes una crónica en la que reflejó la situación en que duermen los familiares de los pacientes, muchos de ellos, en cartones y a la intemperie.
El médico expresó que la presencia de esas personas da mal aspecto al hospital, pero enfatizó que por humanidad no pueden sacarlos. Explicó que los que visitan el hospital, ya sea por consulta o por ver a un familiar, pueden hacer uso del albergue. “Para los pacientes que son de lejos y tienen cita el día siguiente y para los familiares que por alguna razón tengan que quedarse en la noche hay un albergue”, expresó.
Según Pineda, a las personas no les gusta seguir las normas y en la Fundación Abrigo les piden una serie de requisitos para poder quedarse, es por eso que ellos optan por dormir en los alrededores del hospital.
El profesional hizo un llamado a las organizaciones encargadas de ayudar a los indigentes, “esto es un problema difícil, la ciudad no tiene lugares para ayudar a los indigentes, la Municipalidad u otra organización debe ayudar a estas personas”.
Albergue
Pineda recomendó a los familiares que llegan de lejos que busquen el hospedaje.
Por su parte, las autoridades del albergue que maneja la Fundación Abrigo manifestaron que las personas que sean familiares de pacientes ingresados en el Rivas pueden llegar y registrarse.
“Tenemos 147 cupos para pacientes”, indicó la asistente administrativa Betty Reyes, quien explicó que diariamente llegan unas 60 personas al lugar.
“Hay personas que no les gusta quedarse por las reglas, pues solo admitimos a dos personas de una familia y no abrimos durante la noche y también deben ayudar con la limpieza del centro”.
Reyes explicó que ese tipo de reglas son las que a las personas no les gusta seguir y por eso no se quedan en el centro de ayuda.
“El albergue les brinda un techo y comida caliente durante su estadía, pero algunas personas prefieren aguantar frío”, explicó.
Para Aarón Pineda, subdirector del hospital Mario Rivas, la mayoría de las personas que duermen en los pasillos y aceras del centro asistencial no son pacientes ni familiares, sino indigentes.
Pineda manifestó que como autoridades del centro no pueden controlar el ingreso de estas personas que por varias razones llegan a dormir ahí.
“Estos pernoctan aquí, se han instalado, algunos tienen enrollados y guardados los colchones por allí. Han convertido los pasillos del hospital en su casa”, dijo.
| Reglas
Deben vivir en el interior del país y ayudar en la limpieza de las instalaciones del centro.
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El médico expresó que la presencia de esas personas da mal aspecto al hospital, pero enfatizó que por humanidad no pueden sacarlos. Explicó que los que visitan el hospital, ya sea por consulta o por ver a un familiar, pueden hacer uso del albergue. “Para los pacientes que son de lejos y tienen cita el día siguiente y para los familiares que por alguna razón tengan que quedarse en la noche hay un albergue”, expresó.
Según Pineda, a las personas no les gusta seguir las normas y en la Fundación Abrigo les piden una serie de requisitos para poder quedarse, es por eso que ellos optan por dormir en los alrededores del hospital.
| Abrigo
Fundación Abrigo abrió sus puertas en 2001 con el objetivo de dar hospedaje, alimentación y ayuda a todas las personas del interior del país que durante su estadía en el hospital no tienen dónde quedarse.
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Albergue
Pineda recomendó a los familiares que llegan de lejos que busquen el hospedaje.
Por su parte, las autoridades del albergue que maneja la Fundación Abrigo manifestaron que las personas que sean familiares de pacientes ingresados en el Rivas pueden llegar y registrarse.
“Tenemos 147 cupos para pacientes”, indicó la asistente administrativa Betty Reyes, quien explicó que diariamente llegan unas 60 personas al lugar.
“Hay personas que no les gusta quedarse por las reglas, pues solo admitimos a dos personas de una familia y no abrimos durante la noche y también deben ayudar con la limpieza del centro”.
Reyes explicó que ese tipo de reglas son las que a las personas no les gusta seguir y por eso no se quedan en el centro de ayuda.
“El albergue les brinda un techo y comida caliente durante su estadía, pero algunas personas prefieren aguantar frío”, explicó.
