Los adolescentes con alergias o asma que entrarán a la universidad en unos meses deben comenzar a prepararse ahora para la transición, aconseja un experto.
'Ir a la universidad es la primera vez que la mayoría de los adolescentes vivirán de forma independiente', apuntó el doctor David Stukus, miembro del Comité de Relaciones Públicas del Colegio Americano de Alergias, Asma e Inmunología (American College of Allergy, Asthma and Immunology).
'Además de mudarse a un sitio nuevo, muchos deben aprender a gestionar su propio horario, dieta, ejercicio y salud. Quizá los jóvenes descuiden sus alergias y su asma debido a otras demandas, aparentemente más importantes, sobre su atención', dijo en un comunicado de prensa del colegio.
Stukus ofrece consejos sobre cómo los adolescentes con alergias o asma pueden prepararse para la universidad en un artículo publicado el 3 de mayo en la revista Annals of Allergy, Asthma and Immunology.
Señaló que el primer paso es reunirse con el alergólogo y:
1. Revisar el plan de acción para el asma y/o de anafilaxia y confirmar que esté al día. Pedir una remisión a un alergólogo cerca de la universidad.
2. Obtener una copia de los expedientes médicos más recientes, incluyendo los resultados de laboratorio y de pruebas de alergias, y que los envíen al nuevo alergólogo.
3. Reunir una lista de los medicamentos actuales, encontrar una nueva farmacia y que envíen allí las nuevas recetas.
4. Confirmar que las vacunas estén al día y que sean adecuadas para el nuevo ambiente, lo que incluye las vacunas contra la meningitis y el VPH.
5. Además, ubicar hospitales y centros de emergencia cerca de la nueva ubicación que acepten el seguro de salud con que se cuenta.
6. También es importante preguntar en la universidad sobre las políticas para las adaptaciones especiales, cualquier papeleo que se requiera y la oportunidad de evaluar por adelantado a los compañeros de piso. Stukus aconsejó dar a la universidad, al asistente residente y a los compañeros de piso una lista de los desencadenantes de las alergias, y pensar en usar placas de identificación médica para ayudar a los demás a comprender sus desencadenantes.
7. Inspeccionar los lugares donde se prepara la comida y reunirse con el cocinero para hablar sobre la preparación de la comida, y evaluar aplicaciones y otras tecnologías que puedan ayudar a gestionar las alergias y el asma.
8. Preguntar sobre el reemplazo de los filtros si el dormitorio tiene calefacción de aire forzado y/o aire acondicionado. Tener las ventanas abiertas aumenta la exposición al polen.
9. Revisar la fecha de vencimiento del EpiPen y del inhalador de rescate, y llevarlos siempre encima. Se debe de tener más de un aplicador automático de inyecciones disponible en caso de una reacción alérgica grave, apuntó Stukus.
