REDACCIÓN. Aparentemente no hay motivo para estar irritable y pelear con el de al lado. Tampoco hay razón para estar desanimado, pesimista o sentirse incapaz.
Si lo analiza, la preocupación por ciertos hechos es excesiva y la imposibilidad de relajarse incluso en días de descanso no es normal.
¿Qué pasa? Es muy probable que quienes se identifican con estos síntomas tengan depresión, ansiedad o los dos, advierte Deni Álvarez, experta del Instituto Nacional de Psiquiatría.
Estos trastornos son muy frecuentes y todas las personas pueden experimentarlos alguna vez en la vida; sin embargo, se suelen desestimar los focos de alerta por considerar que es “normal” sentirse así.
El riesgo, alerta la psiquiatra, es que un mal que empezó de forma leve se agrave por no buscar ayuda médica, se complique al sumarse otro trastorno mental como la adicción a sustancias y, en el extremo, se llegue al suicidio.
Ayuda profesional
Cuando las personas identifican que hay algo en su estado emocional o mental que les ocasiona sufrimiento o incluso ya no les permite funcionar es hora de acudir con el médico, aconseja.
Álvarez alerta de que hasta que las personas presentan ideas de muerte y se instala la ideación o intento suicida es cuando empiezan a prestar atención.
Detalla que los males emocionales y mentales son como cualquier otra enfermedad y, aunque son muy frecuentes, la gente no habla de ello.
A veces, indica, se piensa equivocadamente que las personas con algún trastorno de esta naturaleza lo sufren “porque quieren” o que pueden resolverlo por sí mismas, sin ayuda.
Para la especialista, es fundamental hacerse un chequeo emocional por lo menos una vez al año; más aún si se tienen estos síntomas.
Lo ideal es que lo realice un psiquiatra que detecte si hay otro problema de salud que pueda confundirse con depresión o ansiedad.
Ejemplifica que en el caso de la diabetes, esta puede ser la causa o el detonante de la pérdida de energía.
Diagnóstico
La experta precisa que quienes han vivido eventos traumáticos o altamente estresantes es normal que enfrenten un periodo de ajuste en el que experimenten depresión o ansiedad.
“A partir del mes se recomienda considerar hacerse una evaluación. Ese primer mes es de espera.
Incluso la valoración debe ser antes si el evento desencadena que la persona tenga pensamientos o ideas de muerte”, sugiere.
Por otra parte, el psicólogo Óscar Galicia advierte que el abordaje de la salud mental en el país es paupérrimo.
Comer saludable, hacer ejercicio y actividades al aire libre ayudan a reducir el nivel de estrés y mejorar el estado de ánimo.
Señales de alerta
Algunos síntomas de depresión y ansiedad que usted puede detectar en sí mismo o en familiares son:
- Insomnio o necesidad de dormir demasiado.
- Cambios en el apetito (se ha perdido o tiene una necesidad imperiosa de comer).
- Fatiga, tensión muscular
- Dolor de cabeza
- Falta de concentración
- Cambios de humor repentinos
- Ganas de llorar o estar a solas mucho tiempo