Los hombres también lloran, sienten dolor y se enferman

El autocuidado masculino es importante para una mejor calidad de vida. Estudios revelan que la esperanza de vida para las mujeres es mayor, ya que temen menos expresar sus dolores y acuden al médico sin prejuicios.

REDACCIÓN. La Organización Mundial de la Salud detalla que, normalmente, no se permite que los hombres manifiesten su debilidad y les cuesta mucho más verbalizar sus quejas, en cuyo caso se tiene prevalencia en trastornos de conducta, complicaciones de salud, mayor probabilidad de desarrollar personalidad antisocial, adicciones, accidentes y conductas suicidas.

Homero Ventura, subdirector de Investigación del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt, explica que ello obedece a una carga sociohistórica y cultural. “Históricamente, estos conceptos de virilidad están muy asociados con la salud y por oposición, a no estar enfermo.

Enfermo viene de “in”, de no, y “fermo”, de firme; es decir, “no firme”, como una cuestión bélica, y una persona que se siente mal no puede ser un soldado que va a la lucha”, explica.

RELACIONADA: El estrés y la ansiedad causan impotencia sexual en hombres jóvenes

Tabú

Reconocerse enfermo en términos físicos, mentales o ambos, se considera un atentado contra la masculinidad (...) a veces no sabemos hablar de nuestros dolores físicos, y se vuelve difícil gestionarlos y decirle a nuestro personal de salud qué tanto nos duele”.Ello, agrega, propicia que muchos hombres descuiden la parte preventiva o nieguen sus dolores.

Las arritmias o reflujos no son normales y se tienen que atender a la brevedad para prevenir complicaciones.

Por ende, enfermedades como la hipertensión o la diabetes, que podrían ser crónicas, se les detectan en niveles avanzados, donde no son remediables o el tratamiento ya es muy agresivo.

Además, muchos varones suelen normalizar cuestiones como ansiedad, estrés o enojo, debido al estereotipo que ellos deben ser los proveedores.

“Eso poco a poco va mermando nuestra salud mental y emocional y, como no es visible, es muy difícil que el hombre llegue a un servicio terapéutico”, señala el experto.

¿Qué hacer?

Homero Ventura recomienda apostar por acciones de psicoeducación, que implican reconocer las emociones, pensamientos y cuerpos del género. Si hay dolor físico o emocional, expresarlo. Un dolor en el esófago, en el pecho o el estómago no debe ser normalizado, hay que buscar ayuda médica.