Cuándo es necesario extirpar las amígdalas

El riesgo a largo plazo para enfermedades de las vías respiratorias podría aumentar si se extraen las amígdalas en edad temprana.

Redacción


Cuesta tragar y más aún pensar en comer: cuando se i nflaman las
amígdalas duele muchísimo. Cuando esto sucede muy seguido, se las
puede extirpar mediante una operación.

Sin embargo, se debe meditar bien acerca de esta operación. Sobre todo en el caso de los niños, los médicos dudan cada vez más antes de echar mano del escapelo.

La operación es considerada cuando un paciente tiene en un año más de tres veces una inflamación de las amígdalas. Una vez que se las extirpa, ya no traen problemas. Esto suena tentador, pero la realidad es que la operación no tiene riesgo cero. Por eso, los médicos no deberían tomarse esta decisión a la ligera.

Todo depende de cada caso particular. En el caso de los niños, se evalúa la operación recién en el caso de más de siete inflamaciones de amígdalas al año y a partir del sexto año de vida.

Lo que vuelve riesgosa la operación son las posibles complicaciones. Después de la intervención puede haber sangrados. En vez de sacar enseguida todas las amígdalas, en algunos pacientes se puede sacar una parte.

El riesgo de sangrados disminuye considerablemente con una extirpación parcial. En el caso de niños y jóvenes, las amígdalas suelen ser muy grandes. En estos casos se evalúa reducir las amígdalas.

Pero una operación de este tipo puede acarrear otros problemas. Investigadores informaron en la revista especializada “JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery” que el riesgo a largo plazo para enfermedades de las vías respiratorias podría aumentar si se extraen
las amígdalas en edad temprana.

En realidad, la función de las amígdalas es detectar agentes patógenos a tiempo y rechazarlos. Por eso los investigadores recomiendan evaluar de cerca los riesgos de
una extracción.

Si hace falta una extracción de amígdalas para un niño o un adulto, los pacientes deben buscar hablar con el médico y decidir juntos si se evalúa una operación. Antes de la operación debe evitarse cualquier medicación anticoagulante si no es imprescindible.

Tras la intervención, hay que cuidarse. La mayoría de las veces, las heridas sanan después de dos a tres semanas. Tras la operación los pacientes deben ingerir alimentos blandos y más bien fríos.

Tampoco deberían comerse frutas debido a los ácidos frutales. Algo útil es
hacer gárgaras con agua salada, ya que desinfecta. Para volver al trabajo o hacer deportes, hay que consultarlo primero con el médico.