Las cartas y los juegos de mesa podrían beneficiar al cerebro que envejece

Estos juegos mejoran las habilidades mentales y ayudan al cerebro a medida que envejece

  • 03 dic 2019

The New York Times.

Jugar a las cartas y a los juegos de mesa como el ajedrez, el bingo y el Scrabble podría ser el ejercicio mental que necesita para mantener su agudeza mental a medida que envejece, sugieren unos investigadores escoceses.

Las personas en la setentena que juegan con regularidad a juegos de mesa puntúan más alto en pruebas de la memoria y de las habilidades de pensamiento que las que no. Y las personas de setenta y más años que mejoran en los juegos son más propensas a mantener sus habilidades mentales a medida que envejecen, aseguran los investigadores.

'Jugar a juegos de mesa, a las cartas y a juegos de palabras podría proteger a las personas del deterioro cognitivo, pero este estudio no fue una intervención, de forma que no podemos decirlo con certeza', comentó el investigador principal Drew Altschul, investigador postdoctoral en la Universidad de Edimburgo. 'Pero como mínimo, es divertido, barato y sin duda no hace daño'.



No cree que lo que ofrece este efecto de protección del cerebro sea el aspecto social de esas actividades, sino el desafío de los juegos en sí.

Friends Living Together. Sitting in The Living Room, Playing With Building Wooden Blocks and Having Fun.

Además de mejorar la memoria, los juegos fortalecen el vínculo familiar o de amistad.


Activan la memoria

A diferencia de leer, escribir, tomar clases, visitar museos, bibliotecas o amigos y parientes, los juegos parecen implicar de forma mucho más activa a capacidades como la memoria, la velocidad de pensamiento y el razonamiento, afirmó Altschul.

'Esto encaja con la teoría que llamamos 'lo que no se usa, se pierde', es decir, ejercitar las capacidades mentales más las mantiene en mejor forma', señaló.

En el estudio, Altschul y sus colaboradores evaluaron la memoria, la resolución de problemas, la velocidad de pensamiento y la capacidad de pensamiento general de casi 1,100 personas de 70 años. Repitieron las pruebas cada tres años hasta que los participantes cumplieron 79 años.

Los investigadores también preguntaron con qué frecuencia los participantes jugaban a juegos como las cartas, el ajedrez, el bingo o los crucigramas.

Para aislar el efecto de jugar a los juegos, tomaron en cuenta los resultados de pruebas del coeficiente intelectual (CI) que los participantes tomaron a los 11 años, además de sus niveles de ingresos, educación y actividad física.

Las personas que jugaban más juegos a medida que envejecían presentaban menos deterioro en las habilidades mentales en la setentena, sobre todo en la función de la memoria y la velocidad del pensamiento, encontraron los investigadores. Pero el estudio solo encontró una asociación, no un vínculo causal.

No se sabe cómo cambia el cerebro con este tipo de actividad, pero los investigadores trabajan arduamente para averiguar más, aseguró Rebecca Edelmayer, directora de implicación científica de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association).

'En realidad, en esta área en particular se está realizando mucha investigación ahora, enfocada en el desafío cognitivo, la implicación cognitiva y en cómo podemos usar esto potencialmente como forma de reducir nuestro riesgo de deterioro cognitivo', afirmó.

Males cardiacos

Igual que mantener el cuerpo activo ayuda a mantener a la enfermedad cardiaca a raya, ser mentalmente activo podría tener el mismo efecto en la demencia, aseguró Edelmayer.

'Parece que las tareas difíciles y complejas, o incluso cosas como los juegos de estrategia, quizá requieran múltiples funciones cognitivas, que podrían ofrecer el mayor beneficio a los individuos a medida que envejecen', apuntó.

Edelmayer predijo que el Alzheimer y otras demencias serán algún día tratados de forma muy parecida a la enfermedad cardiaca. 'No solo habrá medicamentos aprobados para la demencia, sino también formas en las que podríamos cambiar y modificar nuestro estilo de vida para reducir nuestro riesgo de deterioro cognitivo', planteó.

Un ensayo de mayor tamaño está evaluando si una combinación de implicación social y cognitiva, junto con una nutrición saludable, la actividad física y la gestión efectiva de la salud del corazón podrían ayudar a conservar la función mental, dijo Edelmayer.

'Esos factores, evaluados juntos, pueden potencialmente ayudarnos a comprender mejor cuál sería una receta para una intervención beneficiosa para el estilo de vida', añadió.