Tres hondureños asesinados por sujeto al que le dieron techo y trabajo en San Antonio, Texas
Los hondureños fueron identificados como Karen Paola Bautista, Selvin y Sergio Chacón. El asesino se llamaba José Hernández Galo
- Actualizado: 10 de noviembre de 2025 a las 23:30 -
Fotos en vida de Selvin Chacón, de 48 años; Karen Bautista, de 24 años y Sergio Chacón, de 38, los tres hondureños asesinados en una empresa de jardinería en San Antonio, Texas
Las autoridades indicaron que José Hernández Galo, de 21 años, abrió fuego contra varios compañeros poco antes de las 8:00 de la mañana del sábado 8 de noviembre, en el bloque 4400 de la calle Stahl.
Los tres hondureños fueron declarados sin vida en el sitio, mientras que otros trabajadores lograron escapar y alertar a la policía de lo que había sucedido.
Tras un operativo de búsqueda, agentes del Departamento de Policía de San Antonio localizaron horas más tarde el cuerpo de Hernández Galo, quien presentaba una herida de bala aparentemente autoinfligida.
Familiares de los hermanos Chacón, que residen en Honduras, relataron que conocían al agresor y que incluso lo habían ayudado en varias ocasiones.
“El muchacho que los asesinó me pidió junto con su mamá y su papá que les rentara la recámara. Dormían a la par mía”, contó un cuñado de las víctimas.
De acuerdo con los parientes, Hernández Galo habría tenido problemas de adicción, situación que podría haber influido en su comportamiento previo al ataque.
La joven Karen Bautista deja en orfandad a su hijo de tres años, Yoav Isaí.
Su familia ha iniciado una campaña de recaudación de fondos para cubrir los gastos de repatriación y funerales.
Mientras tanto, los cuerpos de Selvin y Sergio Chacón permanecen en la morgue de San Antonio a la espera de que concluyan los trámites consulares para su retorno a Honduras.
William McManus, jefe de policía, informó que el ataque no fue un hecho aleatorio, aunque el motivo que habría llevado al joven a disparar contra sus compañeros sigue bajo investigación.
La familia de Karen trabaja para repatriarla a Honduras, junto a su abuela, la persona que ayudó a moldear su corazón y espíritu.