“Le dije que no fuera”: lo último que le dijo a su hermano antes de la tragedia del Jet Set
Alcides Acosta perdió a su querido hermano y cuñada en la tragedia de la discoteca Jet Set en Santo Domingo, con lágrimas en los ojos contó lo ocurrido
- 13 de abril de 2025 a las 00:00 -
Alcides Acosta aún no puede asimilar la pérdida de su hermano Edwin, su cuñada Isamar y otros familiares que se encontraban en la discoteca Jet Set la madrugada del martes, cuando el techo del reconocido establecimiento colapsó mientras se presentaba el icónico merenguero Rubby Pérez.
“Le dije que no fuera... no quería que fueran, tenía un mal presentimiento”, confesó Alcides con la voz entrecortada, recordando las últimas palabras que intercambió con Edwin Acosta antes de la tragedia.
“Pensé en sus dos niños... sus padres estaban adentro”, lamentó entre lágrimas, tras enterarse del desplome y emprender una desesperada búsqueda entre los escombros.
Alcides relató que primero fue encontrado el cuerpo de su cuñada Isamar Soriano. “Sabíamos que pronto aparecerían los demás, estaban juntos, pero no se pudo”, dijo, visiblemente afectado.
Edwin no era solo su hermano, sino también su socio, compañero de vida y trabajo. La noticia de la muerte de Acosta y Soriano ha dejado un enorme vacío entre sus amigos y familiares, quienes aún no superan su muerte.
La tragedia ha dejado una huella profunda en todo el país. Este sábado, las autoridades elevaron a 226 el número de víctimas mortales a causa del colapso del techo en la discoteca Jet Set, en Santo Domingo, según confirmó el Servicio Nacional de Salud (SNS).
Entre los fallecidos se encuentra también el propio Rubby Pérez, quien ofrecía su show al momento del derrumbe.
Una mujer costarricense de 41 años figura como la víctima más reciente, tras fallecer debido a las heridas sufridas en el siniestro.
El ministro de Salud Pública, Víctor Atallah, detalló que cuatro personas fallecieron entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, elevando la cifra de 221 a 225 antes de alcanzar las 226 muertes oficialmente confirmadas.
Las tareas de identificación de las víctimas fueron calificadas como una “labor titánica”. Un total de 62 médicos forenses y 107 técnicos participaron en las autopsias, que se completaron en un plazo de 48 a 72 horas.
La mayoría de los cuerpos presentaban traumatismos severos en la cabeza y el pecho, y más del 80 % requirió verificación mediante datos biométricos debido a su estado.
Pese a los esfuerzos, algunos familiares expresaron su malestar por la demora en recuperar los cuerpos. Atallah reconoció la sensibilidad de la situación, pero recalcó que era fundamental garantizar una identificación certera.