Kamchatka, la península rusa repleta de volcanes y constantes sismos
La península rusa fue estremecida por uno de los terremotos más potentes y es uno de los territorios con mayor actividad volcánica del mundo.
- 30 de julio de 2025 a las 00:00 -
La península de Kamchatka, situada en el Lejano Oriente ruso, es uno de los territorios con mayor actividad volcánica y sísmica del mundo, llegando incluso a ser peligroso para la aviación civil por las abundantes nubes de ceniza que expulsan los volcanes aún activos.
Parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, Kamchatka cuenta con cerca de 30 volcanes activos de los casi 130 que tiene en total, inscritos en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1996.
La península está bañada por el mar de Ojótsk, el mar de Bering y el océano Pacífico; mientras que también conecta a través de dos cadenas de islas con Japón y Alaska.
Además de la alta actividad volcánica, la región sufre constantes terremotos por encontrarse al borde de la placa tectónica norteamericana limitando con la euroasiática, la del Pacífico, y muy próxima a la placa filipina, convirtiéndose en una de las zonas con mayor actividad sísmica del planeta.
Las constantes erupciones y emisiones de cenizas amenazan a menudo el espacio aéreo, arrojando material hasta a 11 kilómetros de altura y dejando capas de casi 10 centímetros en el suelo.
Con una superficie de unos 460.000 kilómetros cuadrados, poco más que Suecia, cuenta con una mermada población de menos de 300.000 habitantes, según datos oficiales rusos, lo mismo que la capital de Eslovenia. En la imagen las llegadas de olas de tsunami a las costas de Kamchatka.
El resto de los habitantes de la región viven repartidos en pequeños núcleos urbanos a lo largo de la península, sobreviviendo gracias a la pesca, especialmente la del famoso cangrejo de Kamchatka y del salmón, y, también, del turismo, cuyo reciente desarrollo ha dinamizado este remoto territorio.
La península, que acoge varias bases militares rusas, está también cubierta por amplias zonas boscosas de adebules, álamos y sauces, lo que amortigua el impacto de los sismos