Los apocalípticos eventos climáticos que han azotado a Australia en las últimas semanas obstaculizan los esfuerzos de los bomberos para controlar los incendios que se han cobrado la vida de al menos 29 personas y arrasado grandes áreas del país.
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Imágenes impresionantes tomadas en el occidente de Nueva Gales del Sur muestran una gigantesca tormenta de polvo que se dirigía hacia ciudades del interior.
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'Estamos acostumbrados a las embestidas de estos eventos extremos que nos hacen cerrar ventanas y puertas antes de que lleguen las tormentas de polvo. Pero esta era más 'espectacular' que las típicas tormentas de polvo', dijo Ashleigh Hull de la ciudad de Dubbo.
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'Realmente fue un filme apocalíptico, una enorme ola viniendo hacia nosotros, realmente impresionante. Simplemente hubiera deseado que en vez de polvo nos hubiera traído lluvias', agregó.
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El país ha sufrido una colisión de eventos climáticos extremos en la última semana, con fuertes tormentas eléctricas, de arena y de granizo que se abatieron sobre las zonas afectadas en el este por los incendios.
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El cambio climático ha empeorado la temporada de incendios, dicen los expertos.
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En Camberra la caída de granizos del tamaño de pelotas de tenis causó daños en vehículos y árboles; mientras que en el oeste de Sídney las esferas eran más pequeñas, del tamaño de pelotas de golf.
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'En los últimos días hemos vivido una montaña rusa climática. Hemos ido de los incendios a las tormentas y las inundaciones y una granizada gigante -del tamaño de limas-, que han producido daños generalizados, y el riesgo de más incendios nos llama a la puerta', dijo el meteorólogo Kevin Parkin.
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Asimismo en las Montañas Azules, a unos cien kilómetros al oeste de Sídney, dos personas fueron hospitalizadas tras ser alcanzadas por rayos, aunque éstas se encuentran en condición estable.
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Foto: La Prensa
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Las inundaciones en Australia han provocado una invasión de las llamadas arañas de tela de embudo, una especie venenosa cuya picadura puede ser mortal.
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La caída de las lluvias ha dado cierto alivio a los bomberos que intentan mitigar los incendios que arden desde septiembre pasado y han calcinado más de 80.000 kilómetros cuadrados de terreno y matado a unas 29 personas, así como a los agricultores del interior que sufren una de las peores sequías que afecta al país.
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Pero las condiciones son temporales dado que el miércoles y jueves se espera un incremento de las temperaturas, por lo que se ha activado para esos días la alerta de peligro de incendios, antes de que vuelva a llover el viernes.