Decapitaciones, crucifixiones, masacres, entierro de víctimas vivas y limpieza étnica y religiosa. Estado Islámico (ISIS) se ha convertido en sinónimo de brutalidad.
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Esta imagen desgarradora ha surgido desde el interior del teatro Le Bataclan, donde los terroristas abrieron fuego contra los espectadores de un recital de rock en la noche del viernes y mataron al menos a 89 personas e hiriendo a decenas.
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Pese a que la crueldad le pueda parecer un sinsentido a la mayor parte de la humanidad, para ISIS es una elección racional. Es una decisión consciente para atemorizar a los enemigos, así lo demostraron al quemar vivo a un piloto jordano.
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ISIS sigue una doctrina de guerra total, que no acepta arbitrajes o compromisos en lo que se refiere a arreglar disputas incluso con rivales islamistas sunitas. Hace unas semanas aterrorizaron al mundo al aplastar a uno de sus rivales.
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ISIS destaca la acción violenta sobre la teología y la teoría, y no ha producido ningún repertorio de ideas para mantener y nutrir su base social. Es una máquina de matar propulsada por sangre. Utilizando todo tipo de metodos.
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También es una manera de darse a conocer en el mundo atrayendo nuevos combatientes. Lejos de aborrecer la brutalidad del grupo, los jóvenes reclutas se sienten atraídos por sus tácticas de conmoción y pavor contra los enemigos del Islam.
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Una sofisticada de campaña de ISIS hace un llamamiento a los islamistas descontentos de todo el mundo, presentandose como un poderoso movimiento que ofrece la salvación. Quienes se oponen terminan ahogados en una celda o decapitados.
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Los yihadistas no distinguen religión ni credo social a la hora de ejecutar.
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Pese a que pueda querer llevar a cabo una operación espectacular en suelo ceuropeo, es dudoso que ISIS tenga actualmente la capacidad de llevar a cabo ataques complejos como el 11S, según expertos.
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isis sigue una doctrina de guerra total, que no acepta arbitrajes o compromisos en lo que se refiere a arreglar disputas incluso con rivales islamistas.