San Pedro Sula, Honduras.
La vida de la familia Gómez Torres dejó de ser la misma cuando hace siete años falleció en un accidente su hija Melanie, la mayor de tres hermanos.
Hoy en día, su madre Matilde Torres lidera su propia empresa de bienes raíces, al tiempo que se ha convertido en una coach certificada del Radiant Health Institute.
Este centro, con sede en Nashville, Estados Unidos, busca facilitar el crecimiento humano, mejorar la vida de las personas y crear experiencias positivas.
Torres es una de las tres hondureñas certificadas en servir como consultoras voluntarias de las personas que busquen ayuda en diferentes áreas de sus vidas.
Para el caso, la emprendedora ha elegido apoyar ad honorem a las personas que están superando un duelo.
“Nos entrenan para cualquier área que queramos, pero cada quien se va identificando en un área y escogí el duelo porque siento que hay bastante necesidad en eso”, refiere la voluntaria.
Pese a que con su esposo Omar Gómez se han incorporado a grupos de padres que han perdido a sus hijos, a veces las reuniones no han sido del todo productivas.
“No soy terapeuta, ni psicóloga, ni nada de eso, porque no llevo anotaciones o registros. El coach por medio de preguntas trata de acercar a las personas a lo que están buscando”, explica.
Su pequeña empresa de bienes raíces nació de la misma crisis familiar y económica que desencadenó el accidente. Ahora, el matrimonio ha ganado experiencia en el mundo de la construcción.
La vida de la familia Gómez Torres dejó de ser la misma cuando hace siete años falleció en un accidente su hija Melanie, la mayor de tres hermanos.
Hoy en día, su madre Matilde Torres lidera su propia empresa de bienes raíces, al tiempo que se ha convertido en una coach certificada del Radiant Health Institute.
Este centro, con sede en Nashville, Estados Unidos, busca facilitar el crecimiento humano, mejorar la vida de las personas y crear experiencias positivas.
Torres es una de las tres hondureñas certificadas en servir como consultoras voluntarias de las personas que busquen ayuda en diferentes áreas de sus vidas.
Para el caso, la emprendedora ha elegido apoyar ad honorem a las personas que están superando un duelo.
“Nos entrenan para cualquier área que queramos, pero cada quien se va identificando en un área y escogí el duelo porque siento que hay bastante necesidad en eso”, refiere la voluntaria.
Pese a que con su esposo Omar Gómez se han incorporado a grupos de padres que han perdido a sus hijos, a veces las reuniones no han sido del todo productivas.
“No soy terapeuta, ni psicóloga, ni nada de eso, porque no llevo anotaciones o registros. El coach por medio de preguntas trata de acercar a las personas a lo que están buscando”, explica.
Su pequeña empresa de bienes raíces nació de la misma crisis familiar y económica que desencadenó el accidente. Ahora, el matrimonio ha ganado experiencia en el mundo de la construcción.
