29/04/2024
12:34 AM

Jorge Bueso Arias, recibió el premio de Valmoral

A la exportación de productos avícolas hacia Estados Unidos

Redacción

El banquero de generaciones, Jorge Bueso Arias, cosecha un nuevo reconocimiento nacional por su destacada trayectoria. La Asociación Hondureña para el Rescate de los Valores y la Moral (Valmoral) le hizo entrega del premio 2014.

A sus más de 94 años mantiene sus dotes de orador excelente y al recibir el galardón recordó su vida en las finanzas, y de aquella vez que en 1971 se postuló para presidente de Honduras. “Lamento haber perdido las elecciones porque hubiese dejado un alto nivel de transparencia y bajado la corrupción. Tuviéramos credibilidad y honestidad. Me entristece lo que Honduras pasa actualmente”, recalcó el banquero.

Trayectoria de orgullo

Es un trabajador nato. A sus 94 años sigue levantándose a las 6:00 AM casi a la misma hora que hace 71 años cuando comenzó como cajero ganando 200 lempiras. “Ya estaba graduado cuando acepté el empleo de cajero porque uno debe de aceptar y buscar las oportunidades”, recuerda. Aún sigue leyendo correspondencias, informes y memorandos vinculados al banco, preparados por sus asistentes. Ojea los periódicos y está pendiente de las publicaciones de La Gaceta, el diario oficial de Honduras.

“Quiero darle gracias a Dios que me ha permitido llegar a esta edad con mis facultades mentales y físicas no tan deterioradas, pero sí un poco, lo reconozco”.

Su lucidez sigue intacta para analizar el sistema financiero, la gestión estatal y la controversia política diaria. Ha recibido todo tipo de galardones, que incluyen ser el “Banquero del Centenario”, por la Asociación Hondureña de Instituciones Bancarias (Ahiba) y la Medalla de Oro del Congreso Nacional.

Para él, esos reconocimientos se deben “a las personas que ayudaron a organizar el Banco de Occidente. A todo el personal, inclusive a los que ya no están con nosotros, por que ellos son el banco, ellos son los que han hecho la institución que es hoy”.

De su labor señala: “Nuestra misión principal es servir de intermediarios entre los que tienen exceso de liquidez y desean tener su dinero en algún lugar seguro y recibir alguna renta y quienes necesitan dinero para sus actividades”. Es sumamente exigente en su labor.

A su hijo Manuel Venancio le costó mucho ascender al cargo de subgerente general a pesar de tener 14 años de experiencias en agronegocios. El abogado del banco, José Jorge, otro miembro de su familia, también comenzó como cajero hasta empaparse de todas las operaciones. En las pocas horas libres, lee un libro, mira televisión o se marcha a descansar a su finca en Copán. Admirador del Quijote, le gusta todo tipo de comida, pero prefiere la típica.

Foto: La Prensa

El reconocido banquero Jorge Bueso Arias.

Sus inicios

El 15 de mayo de 1942 se enroló como cajero en la entonces Compañía de Seguros y Caja de Ahorro, más tarde El Ahorro Hondureño, ganando 200 lempiras, 110 de los cuales los gastaba en hospedaje, alimentación y vestuario.

Para mejorar sus ingresos colocaba seguros de vida y por las tardes se encerraba a estudiar en la biblioteca de esa compañía. Para ese entonces, aquel joven cajero había acumulado la suficiente experiencia desempeñándose en todos los cargos en El Ahorro Hondureño. Llegó a ocupar la subgerencia y hasta la gerencia interina.

Con apenas 24 años estuvo al frente de una de las tres instituciones bancarias de entonces. Las otras eran, Atlántida y Honduras. “Era divertido porque cuando llegaba la gente preguntando por el gerente y se encontraba con un patojo (muchacho) de 24 años, como gerente, pues se extrañaba.

A veces decían: Queremos ver al gerente. Yo soy, contestaba el joven ejecutivo, porque naturalmente, era el único universitario en el banco y me había aprendido todas las funciones”. Años después consiguió 100 mil lempiras entre la familia, cinco mil de los cuales eran sus ahorros y en septiembre de 1951 fundó el Banco de Occidente. Su faceta de político y funcionario público la vivió con la misma intensidad que su profesión. Se sumó a las protestas callejeras estudiantiles de 1944.

La junta militar en 1956 lo ratificó como secretario general del recién nombrado Consejo Nacional de Economía en el que se venía desempeñando desde 1952, primero como representante de la banca privada y luego como secretario general.

Su designación debió contar primero con el visto bueno del representante del Banco Mundial. En 1959, durante el gobierno de Ramón Villeda Morales, fue ascendido a ministro de Economía y Hacienda, cargo en el que estuvo hasta 1963. En 1970 los liberales le ofrecieron la candidatura presidencial del partido en las elecciones de 1971 que perdió frente al nacionalista Ramón Ernesto Cruz.

Los sinsabores que le dejara esta última incursión política lo harían desistir para siempre de esta área, a pesar del pedido público de diversos sectores. “La corrupción es una de las causas que incide en la pobreza. Se ha generalizado, estoy muy asustado, porque antes no era así, los que participábamos lo hacíamos por ideales de servir, ahora lo hacen por negocio”, dice.

A partir de 1971 consagró su vida al banco hasta colocarlo en el primer lugar en depósitos y entre los primeros cuatro bancos del sistema financiero.