07/12/2025
12:00 PM

Europa del este, sin prisa por el euro

Las economías de la región van desde las entusiastas hasta los que tienen poco interés

Riga. Letonia entra el 1 de enero en la eurozona, su vecina Lituania planea hacerlo en 2015, pero los demás países candidatos de Europa central y oriental no tienen prisa.

Algunos, como Hungría o Bulgaria, distan mucho de cumplir los requisitos. Otros, como Polonia o la República Checa, consideran más ventajoso conservar sus monedas nacionales durante cierto tiempo.

Según Swedbank, Lituania tiene muchas posibilidades de alcanzar su objetivo de adhesión el 1 de enero de 2015 y “las posibilidades de Lituania de respetar los criterios de Maastricht aumentan”. Con una inflación anual media reducida al 1.3%, “la hipótesis de su entrada en la eurozona en 2015 es la más plausible”, estima la entidad bancaria, y más cuando el litas lituano está parejo con el euro desde 2005, igual que el lats letón.

Polonia, peso pesado económico de la región, registra un crecimiento sólido y espera respetar en 2015 todos los criterios de Maastricht; pero no tiene prisa por adoptar el euro.

Su nuevo ministro de Finanzas, Mateusz Szczurek, pone en entredicho las virtudes de la divisa europea.

“Las presuntas ventajas de la zona euro -mejor posicionamiento de la economía en relación con el acceso al capital y su coste ventajoso, estabilidad de las financiaciones extranjeras- han resultado mera ficción”, afirma.

En la República Checa, un país que emerge con dificultad de una larga recesión, el Ministerio de Finanzas y el Banco Central CNB recomiendan no fijar ninguna fecha para la adopción del euro.

Según el gobernador del CNB, Miroslav Singer, Praga podría adoptar el euro en 2019 y este asunto no figura entre las prioridades de la nueva coalición gubernamental.

“Los países euroentusiastas en el sentido amplio del término, como Polonia, Hungría o Rumanía, consideran ineluctable la adhesión al euro, pero evalúan sobre todo los costos y beneficios, no hablo solo de Gobierno sino de poblaciones”, explica Witold Orlowski, experto de Pricewaterhouse Coopers.

Para el Gobierno conservador húngaro, el euro es una perspectiva lejana. “Cuando pensamos en la adhesión a la eurozona, no estamos hablando de los próximos años, sino de las dos o tres próximas décadas”, declaró recientemente el primer ministro, Viktor Orban.

En Bulgaria, el Gobierno se muestra optimista. “Vamos a postular a la eurozona cuando estemos seguros de que la economía se ha reactivado”, declaró el ministro de Finanzas, Petar Shobanov. AFP