A pesar de las advertencias hechas por otros visitantes del lugar sobre la presencia del feroz inquilino del embalse, el temerario nadador se lanzó al agua y comenzó a bracear.
Los científicos que inspeccionaron a la serpiente no salieron de su asombro cuando realizaron una necropsia a la pitón y encontraron que el caimán estaba prácticamente intacto.