La Cancillería de Managua llamó a Sullivan a adoptar “una conducta respetuosa y responsable, en el contexto de la Convención de Viena, que todos los Estados estamos obligados a observar y cumplir, en relaciones diplomáticas que imponen reconocimiento de la soberanía y autodeterminación de los países concernidos”.
Los acusó de estar al “servicio de los yanquis” y de haber dirigido la revuelta popular que estalló en abril de 2018 por unas controvertidas reformas a la seguridad social y que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia del presidente Ortega.