Un cuatro de julio de 1968, el maestro don Ramón Oquelí, escribió en este diario, refiriéndose a nuestra ciudad: “...los vecinos se sienten orgullosos de su comunidad y...ostenta una particularidad optimista: gentes de diversos oficios: obreros, empresarios, militares, maestros, no se consideran enemigos unos de otros, sino que confían en la posibilidad de que todos podemos convivir y resolver nuestros problemas en común”.