María abraza con cuidado a su nieta, la menor fuerza puede lastimarla. Su figura es esquelética y apenas tiene 12 años. Hace ocho meses “Daniela” fue víctima de la delincuencia; dos hombres encapuchados irrumpieron en su casa, mataron a su abuelo y le infirieron a ella dos disparos en el abdomen que le causaron una lesión que hoy la tiene al borde de la muerte.
Desde ese fatídico día se alimenta a través de una sonda que está conectada directamente al estómago, solo puede tomar líquidos.
“Se le hizo una gastrostomía porque las balas dañaron el esófago y por eso no puede tragar, esa misma situación le ha provocado la desnutrición severa que padece.
Para que pueda recuperarse es necesario que sea sometida a una intervención; pero eso solo se puede hacer en Estados Unidos”, explicó una doctora de la sala de emergencia pediátrica del hospital Mario Rivas, adonde ella permanece internada.
María Zúniga, abuela de la niña, contó envuelta en llanto que ya no le queda dinero para costear los exámenes, medicinas y comprar la leche Ensure con la que alimentan a la menor. “Mis hijas y yo hacemos tortillas para vender todas las tardes, soy madre sola y no puedo trabajar porque cada semana tengo que venir desde La
Ceiba a las citas en el Catarino. A veces la dejan internada y pasamos hasta un mes aquí. La mamá de ella no se quiere hacer cargo y me la dejó a mí y mi hijo está sin trabajo. Tuve que sacar a mis hijas del colegio y ponerlas a distancia porque no teníamos cómo pagar los medicamentos y así nos ahorrábamos el dinero que ellas gastaban en los pasajes”, aseguró Zúniga.
“Daniela” ha tenido una infancia difícil. Hasta hace cinco meses no estaba inscrita en el Registro Nacional de las Personas, por lo que nunca pudo entrar a la escuela.
“Mi hijo y la madre de la niña nunca estuvieron juntos, ella se casó y se fue sin decir nada. La estuvimos buscando, pero fue hasta hace tres años que supimos adónde vivía. Él comenzó a ayudarle económicamente desde Estados Unidos, pero como ella vivía en otra ciudad, y no podíamos ir seguido a verla porque el esposo de la mamá se enojaba, desconocíamos que no estuviera inscrita”, aseguró.
Con vos suave, la menor dijo que está emocionada porque su abuela le ha prometido ponerla a estudiar. “Yo sé leer un poco, y escribir algunos nombres, me iba a meter a la escuela aunque no estaba matriculada para poder aprender”, dijo con inocencia “Daniela”.
Su sueño es convertirse en doctora.“Quiero ser doctora para poder curar a los niños enfermos”, contó.
Para quienes deseen colaborar con esta menor pueden llamar al número 9557-1114.
