Trump, a las puertas de un segundo mandato: más desafiante, más estricto
El regreso del magnate Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos marca un momento crucial, con su figura polarizadora alimentada por escándalos, tensiones y decisiones controvertidas
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Donald Trump asumirá el cargo de presidente número 47 de los Estados Unidos este 20 de enero de 2025. Aunque fue presidente anteriormente (45 presidente de 2017 a 2021).
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Washington, Estados Unidos.
El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, está pocas horas de asumir su segundo mandato (2025-2029), un evento histórico que lo marca como el segundo exmandatario en regresar al poder tras perder una reelección y, también, como el único jefe de Estado en la historia del país en ocupar el cargo con una condena penal en su expediente.
La ceremonia de investidura, programada para las 12:00 del mediodía (hora del Washington), será una exhibición de tradición y poder. Según lo estipulado por la Constitución, el acto comenzará con el juramento de Trump sobre una Biblia, marcando el inicio de su segundo mandato.
Este ritual, que tendrá lugar en las icónicas escalinatas del Capitolio, estará acompañado por discursos, desfiles y bailes inaugurales que reflejan tanto la solemnidad como el espectáculo que caracteriza a la política estadounidense.
El evento, que representa la 60 inauguración presidencial en la historia de la nación norteamericana, será supervisado por el Comité Conjunto del Congreso sobre Ceremonias Inaugurales.
Las expectativas están puestas en el discurso de Trump, en el cual se espera que reitere sus compromisos que incluyen un paquete de medidas que marcarán un giro significativo en las políticas internas y externas del país.
Sus propuestas se centran en áreas clave como la inmigración, el comercio, la política exterior y los asuntos sociales, con un enfoque que busca consolidar su visión de “América Primero” y revertir gran parte de las políticas implementadas por administraciones previas.
LA PRENSA Premium conversó con algunos expertos en derecho internacional, quienes afirmaron que las primeras decisiones y leyes impuestas por Trump arrancarían este mismo lunes.
Actividades
El programa oficial de la toma de posesión de Trump no se limita solo al día de la ceremonia, ya que se extiende a lo largo de cuatro días de actividades previas y posteriores, que demuestran tanto la importancia institucional como la dimensión de evento mediático y político.
Previo a la investidura, el sábado 18 de enero, comenzaron las festividades con una recepción y fuegos artificiales en el club de golf de Trump en Virginia, seguidos de una cena del gabinete y del vicepresidente J. D. Vance.
El domingo 19, se realizó una ceremonia de colocación de una ofrenda floral en la Tumba del Soldado Desconocido en el Cementerio Nacional de Arlington, un acto solemne que honra a los caídos.
Posteriormente, Trump ofreció un discurso en el Capitol One Arena en Washington, D.C., para compartir su visión de futuro, antes de concluir el día con una cena de gala a la que asistieron figuras políticas y empresariales destacadas.
Este lunes 20 de enero, el día más esperado, comenzará con un servicio religioso matutino en la iglesia de St. John’s, seguida de una reunión privada entre los matrimonios Biden y Trump en la Casa Blanca. A las 12:00 del mediodía, Trump jurará su cargo en las escalinatas del Capitolio.

Después, firmará los primeros documentos oficiales en el Capitolio, marcando el inicio de su mandato. A continuación, se celebrará un almuerzo ofrecido por el Congreso, donde se fortalecerán los lazos entre el Ejecutivo y el Legislativo.
El día continuará con el Pase en Revisión de las tropas y un desfile presidencial por la Avenida Pensilvania. La velada culminará con tres bailes inaugurales que son el Baile del Comandante en Jefe, el Baile de la Libertad y el Baile de las Estrellas, que pondrán el broche de oro a una jornada cargada de simbolismo y lujo.
Finalmente, el martes 21 de enero, las actividades inaugurales concluirán con un servicio nacional de oración, un acto solemne que reflejará el cierre de la transición de poder, invitando a la reflexión y la unidad en un momento crucial para el futuro del país.
Con las banderas del Capitolio ondeando a toda asta en honor al nuevo presidente, (y no a media asta como se había dispuesto por la muerte de Jimmy Carter), Trump iniciará su segundo mandato.
El clima frío, con temperaturas que oscilarán entre -4 y -13 grados Celsius, no será suficiente para opacar una ceremonia que promete ser un espectáculo político y mediático.

Invitados y seguridad
La lista de invitados es una muestra de las prioridades y alianzas de Trump. Mandatarios y líderes internacionales afines a su visión, como Javier Milei, presidente de Argentina, conocido por su postura liberal y conservadora; Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, quien ha estrechado lazos con Trump en temas de inmigración y seguridad.
También Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, un líder de la extrema derecha europea cercano a Trump; Benjamin Netanyahu, expresidente de Israel, quien ha sido aliado clave en política exterior; Nayib Bukele, presidente de El Salvador, cercano en sus posturas contra migración; Daniel Noboa, presidente de Ecuador, interesado en fortalecer la relación con Estados Unidos; Jair Bolsonaro, expresidente de Brasil, cuyo apoyo a Trump fue evidente, aunque su asistencia aún depende de la autorización judicial; Xi Jinping, presidente de China, cuya presencia es incierta debido a las tensas relaciones entre ambos países.
La próxima portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, señaló que la invitación extendida a Jinping refleja el interés de Trump en promover un “diálogo abierto” con China.
Asimismo, fue invitado Nigel Farage, miembro del Parlamento del Reino Unido y líder del Brexit; Éric Zemmour, líder del partido Reconquista en Francia, conocido por sus posiciones ultraderechistas; Ángeles Moreno, embajadora de España en Estados Unidos, quien representará al gobierno español.
También asistirá al evento el líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, al considerar a Trump “un gran aliado de la causa democrática venezolana” y tras ser reconocido por Washington como el ganador de las elecciones en Venezuela, según informaron.
Además, Gerónimo Gutiérrez Fernández, embajador de México en Estados Unidos, estará presente en la ceremonia, a pesar de que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no fue invitada.

Tampoco fue invitado el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, otro líder de la izquierda regional ni la presidenta de Honduras, Xiomara Castro. “A la posesión de Trump va solo la extrema derecha”, aseguró el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien tampoco recibió invitación.
Los expresidentes estadounidenses, Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama, y el saliente, Joe Biden, también estarán presentes en la ceremonia. Entre los empresarios destacados se encuentran Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg, quienes tendrán asientos prominentes en la investidura.
Por otro lado, la seguridad será uno de los pilares del evento. Miles de agentes de las fuerzas del orden, incluyendo la Guardia Nacional, estarán desplegados en Washington D. C. para garantizar el desarrollo pacífico de la ceremonia.
La capital se transformará en un búnker bajo estrictas medidas de vigilancia, una respuesta directa a los eventos de enero de 2021 (el asalto al capitolio) que todavía resuenan en la memoria colectiva.
El público podrá asistir a la investidura de Donald Trump mediante entradas gratuitas distribuidas por los miembros del Congreso, que permitirán seguir la ceremonia de juramentación desde los terrenos del Capitolio. Para obtener los boletos, los interesados deben contactar a sus senadores o representantes estatales.
De hecho, Juan Flores, líder migrante hondureño y presidente de la Fundación 15 de Septiembre, fue invitado a la toma de posesión de magnate, al igual que el abogado José Tercero Midence.
La organización del evento ha logrado recaudar más de 170 millones de dólares, una cifra que supera ampliamente los 62 millones obtenidos para la inauguración de Joe Biden en 2021. Este monto cubrirá los costos de la ceremonia y otros eventos relacionados, y el excedente se destinará a la futura biblioteca presidencial de Trump.

Panorama
El discurso inaugural de Trump será clave para delinear su visión de gobierno. Analistas consultados por LA PRENSA Premium anticipan un tono combativo, centrado en su agenda “América Primero” y en el fortalecimiento de sus políticas migratorias y económicas.
Para Honduras, un segundo mandato de Trump representa desafíos y oportunidades en el ámbito precisamente en el ámbito migratorio y económico. Las políticas más estrictas en cuanto a deportaciones y cooperación internacional podrían poner a prueba la capacidad del país para manejar la presión de Washington.
De acuerdo al abogado y especialista en derecho internacional, Graco Pérez, la relación entre ambos países enfrentará tensiones debido a posiciones ideológicas divergentes, la falta de profesionalismo en la diplomacia hondureña y la falta de enfoque estratégico por parte del gobierno hondureño.
“Cuando usted tiene una posición por parte de Estados Unidos basada en su interés nacional y por parte de Honduras una puramente ideológica, no hay punto de encuentro”, señaló el experto.
Respecto a la posibilidad de que Estados Unidos reduzca la ayuda económica a Honduras, Pérez fue categórico: “Definitivamente”. Explicó que Trump utiliza todos los instrumentos a su disposición, y es poco probable que mantenga el apoyo a un país que “solo se dedica a cuestionar y atacar” a Estados Unidos. Advirtió que esta reducción afectará principalmente a la población hondureña, ya que muchas ayudas llegan a sectores donde el gobierno no tiene alcance.
Pérez indicó que las primeras medidas de Trump, como las relacionadas con migración, podrían entrar en vigor el mismo 20 de enero, gracias al poder de las órdenes ejecutivas.
Sobre la relación con Marco Rubio con el gobierno de Honduras, el entrevistado afirmó que será “muy tensa” debido a que el gobierno hondureño carece de coherencia y claridad en su agenda, algo que contrasta con la línea definida y los objetivos claros de la administración estadounidense en temas como migración y combate al narcotráfico.
“Si realmente el gobierno quisiera mejorar las relaciones y beneficiar al pueblo hondureño, tendría que abandonar la denuncia del tratado de extradición y presentar propuestas concretas sobre cómo manejar el tema migratorio”, sugirió.
Señaló que las elecciones programadas en Honduras -en marzo y noviembre de 2025- colocan a Estados Unidos en una posición clave para garantizar su transparencia, evitando así que sigan el “manual” de perpetuación en el poder observado en otros países de la región. “Estados Unidos es consciente de que es el único actor con la capacidad de asegurar que las elecciones sean justas y reflejen auténticamente la voluntad del pueblo hondureño”, concluyó.

Medidas
Trump ha dejado claro que su agenda inicial estará centrada en declarar a los carteles del narcotráfico como “organizaciones terroristas extranjeras” y en desmantelar las redes criminales en suelo estadounidense.
Durante un foro en Arizona, el presidente electo afirmó: “Expulsaremos a todos los miembros de pandillas extranjeras y desmantelaremos toda esta red criminal.”
Durante su campaña, Trump también destacó su firme postura contra la migración ilegal, prometiendo la “operación de deportación interna más grande en la historia de EE. UU.,” que podría afectar a unos 11 millones de indocumentados.
Además, se comprometió a despedir al fiscal Jack Smith, responsable de dos casos federales en su contra, y a liberar a los participantes en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Asimismo, anunció planes para otorgar “Green cards” a los estudiantes universitarios graduados en EE. UU., proponiendo que reciban automáticamente la tarjeta verde con su diploma. “Creo que deberían obtener, automáticamente, una tarjeta verde como parte de su diploma para poder quedarse en este país. Esto incluye también a los colegios universitarios”, manifestó durante su campaña presidencial.
En el ámbito económico, el presidente electo busca adoptar medidas proteccionistas mediante la imposición de aranceles a países como China, Canadá y México. Estos gravámenes, según Trump, tienen como objetivo abordar problemas relacionados con el tráfico de fentanilo y la migración irregular.
El máster en derecho y analista internacional José Tercero Midence, explicó que las prioridades de la administración serán la economía y la migración, dos temas que tendrán un impacto directo no solo en Estados Unidos, sino también en países como Honduras.
El también exfuncionario judicial del Estado de Florida, EUA, explicó que el Congreso, bajo el liderazgo de Mike Johnson, está en proceso de aprobar dos proyectos de ley clave que estarán en el escritorio de Trump al asumir la presidencia.
Se trata de la Ley Laken Riley, una reforma de cobertura migratoria, otra relacionada a la violencia sexual y otra sobre el presupuesto federal. “Esto demuestra que la administración de Trump busca enviar un mensaje claro al mundo de que estas son las prioridades del mandato que se le ha conferido”, afirmó el entrevistado.
En cuanto a las implicaciones para Honduras, Tercero Midence señaló que el presidente de Estados Unidos cuenta con poderes ejecutivos amplios que le permitirían imponer gravámenes a las exportaciones hondureñas o a las remesas enviadas por los migrantes, una de las principales fuentes de ingresos para la economía hondureña (representa hasta el 27% del PIB).
Además, recordó que el Congreso tiene la capacidad de implementar impuestos a través de la cláusula de “tax and spending”. “Si el Congreso lo considera necesario, puede imponer impuestos de comercio de manera automática contra cualquier país que no esté alineado con las políticas del presidente”, enfatizó.
El abogado subrayó la necesidad de un cambio estratégico para Honduras. “No se trata solo de cambiar de actitud, sino de identificar cuáles son las necesidades reales del país en su relación con Estados Unidos. Honduras debe enfocarse en dos áreas clave que son la economía, a través del comercio y exportaciones, y la situación migratoria, particularmente con los hondureños beneficiados por el TPS”, explicó.
”No es lo mismo la cantidad de chilenos que están con las visas de H1B, ellos tienen una negociación con Estados Unidos y Singapur, que Honduras con los ilegales y el TPS”, agregó el entrevistado.
Organizaciones internacionales, como la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), advierten que Honduras podría enfrentar un aumento significativo en los retornados, estimado en al menos 120,000 personas durante el primer año.
Este flujo tendría un impacto directo en las remesas, que representan el 26 % del PIB de Honduras, es decir, aproximadamente 8,946.3 millones de dólares.
En un comunicado, cuestionaron que el gobierno de la presidenta Xiomara Castro no ha presentado un plan claro para mitigar los efectos de estas políticas. Aunque durante su cadena nacional del 1 de enero mencionó la posibilidad de cerrar la base militar estadounidense en Palmerola como respuesta a las deportaciones masivas, “esta medida ha sido interpretada más como una amenaza que como una estrategia viable”, mencionaron.