Con un nuevo acuerdo entre los consejeros del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras, se ha logrado un avance crucial para las elecciones del 30 de noviembre, en un esfuerzo por calmar las aguas entre los diferentes partidos políticos y garantizar la integridad de la jornada democrática.El eje de este pacto reside en cambios significativos al Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), que busca construir la confianza que por tanto tiempo ha estado ausente en el sistema electoral.El nuevo TREP introduce procesos y protocolos que abordan directamente las preocupaciones más arraigadas. En un cambio sustancial, se ha eliminado la segunda transcripción manual obligatoria que retrasaba la divulgación de los resultados. Ahora, se ha optado por una verificación visual posterior en la sede del CNE.Es un punto clave que este equipo no tiene la autoridad para corregir de inmediato, su única función es señalar los posibles errores en las actas para un proceso posterior.La corrección de estos errores se centraliza en un nuevo proceso que está controlado exclusivamente por el Pleno del CNE. Esto significa que las correcciones ya no serán responsabilidad de un segundo equipo operativo, sino que requerirán una resolución unánime de los consejeros en un acto de transparencia y consenso político.Este mecanismo está diseñado para evitar decisiones unilaterales y asegurar que cualquier modificación a un acta esté respaldada por todas las partes.Un cambio importante para el público y los partidos políticos es el impacto temporal en la divulgación de las actas con errores. Estas actas se divulgarán de forma inmediata en el sistema, pero solo se sumarán los valores de los votos de los candidatos sin alterar la información.Esto permitirá que la ciudadanía y los partidos tengan acceso a los datos de manera rápida, incluso si el acta tiene inconsistencias que aún deben ser corregidas por el Pleno del CNE.En esencia, estos cambios demuestran un compromiso del CNE por el bien de la democracia, asegurando que el proceso electoral se desarrolle de manera transparente y que los resultados reflejen fielmente la voluntad de los ciudadanos hondureños.Este acuerdo es un paso adelante para garantizar que las elecciones del 30 de noviembre se realicen en un ambiente de mayor confianza y estabilidad política.