Satélite evidencia la pérdida de playas en Honduras

La erosión costera vista en un lapso de 37 años desde los satélites de Google evidencia el alarmante deterioro de la playa en la comunidad.

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Una línea de tiempo realizada evidencia el deterioro.

lun 31 de octubre de 2022

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Puerto Cortés

Las personas que conocieron Bajamar hace apenas cinco años y vuelven a la comunidad ya no la reconocen.

En menos de una década, este paraíso costero, además de sus playas, ha perdido muchos importantes atractivos que lo caracterizaban.

El cambio en esta comunidad ha transcurrido tan rápido que es palpable con el simple hecho de ver videos y fotografías de hace apenas 2018 o 2019.

LA PRENSA Premium evidenció que el desdibujamiento de la costa del norte porteño es notorio y más dramático analizando la información de los mapas satelitales que provee Google.

Es así como mediante una línea de tiempo, año por año, desde 1985 hasta 2020, se pudo comprobar lo que le está ocurriendo a Bajamar, y también lo de la vecina comunidad de Travesía es alarmante.Por ejemplo, en Travesía, el mapa demuestra que le sucede lo contrario a Bajamar.

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Allí, las corrientes marinas han aumentado el tamaño de la playa en varios puntos también apreciables en la línea de tiempo.

Google permite no solo apreciar desde arriba lo que pasa, facilita a los investigadores 37 años de información satelital de todo el planeta. Eso hace posible observar los cambios que muchísimas regiones del mundo están sufriendo y medir de cierta forma los impactos a escala global.

Playas del Caribe

Toda la costa evidencia cambios, la gran mayoría de ellos irreversibles.Hay daños muy parecidos en zonas cercanas a Bajamar, por ejemplo, las desembocaduras de los ríos Ulúa y Chamelecón.

Ambos ríos que bañan el valle de Sula han reconfigurado su entrada al mar, y el impacto ambiental que causa le está pasando factura a los ecosistemas marinos.

En Bajamar, la transformación comenzó a ser más evidente a partir de 1999, hecho que coincide con el paso del huracán Mitch por Honduras y se agudizó entre 2016 y 2018.

Aunque han pasado 24 años, es imposible olvidar que Mitch ha sido uno de los huracanes más destructivos del siglo pasado.

Cabe recordar que este huracán entró por el noreste de Honduras el 26 de octubre de 1998 y recorrió la costa norte con vientos destructivos de aproximadamente 250 kilómetros por hora y lluvias torrenciales que duraron cuatro días debido al lento desplazamiento del huracán (a razón de 3 a 9 km/hora), reseña un documento elaborado por la Secretaría de Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) al poco tiempo de la tragedia más terrible que ha sufrido el país.

El 30 de octubre, el Mitch, después de afectar Islas de la Bahía, se dirigió súbitamente al sur, penetrando en el territorio hondureño y transformándose rápidamente en tormenta tropical.

Esta tormenta, igualmente imprevisible, desató lluvias torrenciales superiores a 600 milímetros durante cinco días consecutivos, que llevaron al desborde masivo de los ríos y provocaron severas inundaciones en los 18 departamentos del país, afectando en particular toda la costa atlántica, la zona central -incluyendo a Tegucigalpa, la capital de Honduras- y la zona sur.

Investigaciones

A nivel local, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en una investigación denominada “Estado del manejo integrado de los espacios y recursos marinos y costeros de Honduras”, elaborado en 2016, ya mapeaba la situación de las costas hondureñas y, desde entonces, surgen malos augurios para los litorales del país.

“La proyección de retroceso de la costa del Caribe al año 2040 por efectos del cambio climático es de -20.58 ± 5.86 m (metros). Sin embargo, se tiene la presunción de que esta tasa se incrementará en la mayor parte del litoral del Caribe hondureño debido al represamiento de los ríos más caudalosos (Patuca, Ulúa y Chamelecón), lo que exacerbará la erosión costera debido a la retención de sedimento”, señala la investigación realizada por la Dirección de Investigación Científica y Posgrado (Dicyp) del “alma mater”.