El mar se “traga” playas de Bajamar

La pequeña aldea garífuna de Bajamar está en una encrucijada para no perder su comunidad, culpan al cambio climático de destruir su patrimonio.

Foto: Foto: Franklin Muñoz

La playa se ha abierto en un pequeño tramo, cosa que es aprovechada por los lugareños para bañar.

dom 30 de octubre de 2022

15 min. de lectura

Bajamar, Puerto Cortés

Carlos Alberto Jiménez ve su pequeña casa a la orilla del mar pender literalmente de un hilo. Como última medida ha puesto láminas sujetas con algunas piedras donde las olas chocan, porque de no ser por eso ya estaría en la calle.

Hace años, cuando construyó su hogar con ramas de bambú y manacas de palmeras, el mar estaba a más de dos cuadras y la playa era extensa.

Ahora, la erosión costera, sumado a otros factores, han hecho que las olas sean sus vecinas y cuando hay mal clima, por lo general de noche, dormir se vuelve un acto imposible.

A golpes de la naturaleza, este pescador ha entendido que hay fuerzas contra las que es difícil luchar. El mar no solo es impetuoso e impredecible, se adentra a tierra firme sin pedir permiso, y por lo general sin avisar.

Problema
  • > En la comunidad entendieron que el aumento de los niveles del mar podrían afectar a futuro más a su comunidad. Se han interesado en aprender más sobre el tema.

Él es uno de los 6,000 pobladores de la comunidad garífuna de Bajamar, localizada al norte de Puerto Cortés que colinda con Travesía y los ramales de la desembocadura del río Chamelecón.

Junto con todos sus vecinos ha venido lidiando y conviviendo con los destrozos que el mar les asesta cada vez que quiere, pero asegura que harán lo máximo por no dejarlo ganarles.Prácticamente el poderoso azul se ha tragado su playa, vital para el turismo y la pesca, dos de sus principales medios de subsistencia.

“La problemática se viene dando por el calentamiento global. Desde 2017 el mar está comiendo. La playa ha cambiado. Todo el centro de Bajamar quedó sin playa”, señala este pescador que vive solo en la pequeña cabaña a orillas del mar Caribe.

$!Carlos Jiménez observa cómo el mar ha estado a punto de dejarlo sin hogar. Él asegura que la escollera de piedra es lo que ha evitado que su casa sea devorada como ya sucedió con al menos 15 inmuebles.

Nativo de la comunidad predominantemente garífuna, Jiménez, uno de los pocos mestizos que viven en la aldea, señaló a LA PRENSA Premium los esfuerzos que han hecho los pobladores en conjunto con la alcaldía de Puerto Cortés para intentar “torcerle el brazo al mar”.

“Estamos en la lucha con el patronato, las fuerzas vivas de la comunidad y la municipalidad de Puerto Cortés. Juntos iniciamos este proyecto de las piedras para que no siga el mar avanzando ni comiendo. Si no fuese por esta ayuda ya no tuviéramos ni carretera”, expuso.

" El foro se hizo por la preocupación que había de que el mar nos estaba comiendo la comunidad y debíamos tomar acciones contundentes para poder detener esta situación. Salieron muchas ideas. "

Recuerda que la comunidad entera estaba perpleja ante los azotes de las olas que no solo acababan con su hermosa y amplia playa de arena blanca, sino viviendas y negocios que eran destruidos como si de castillos de arena se tratara.

“Fueron alrededor de 20 familias las que se tuvieron que irse porque se les dañaron las casas y los negocios que tenían. El mar por temporadas se pone pesado, no tiene momentos para ponerse bravo, comer y dañar. Bajamar siempre fue una aldea linda, preciosa. Ahora es distinto el panorama, no hay playa, y sin playa no hay movimiento. Para el turismo ha sido duro, estamos sin nada”, dijo.

$!El retrete no fue construido en la playa, hace menos de 10 años pertenecía a una casa que estaba retirada del mar; así se ve hoy Bajamar.

Muralla de piedra

El 12 de abril, día de la Herencia Africana, los líderes de Bajamar decidieron tomar cartas en el asunto y abordar el tema de manera más enérgica.

Lo que más les preocupaba, en aquel entonces, era quedar sin carretera. Aunque salvar la vía fue su prioridad, ya que nunca antes en Puerto Cortés se dio este problema, quisieron ir más allá para comprender por qué pasaba y si continuaría sucediendo.

Heydi Álvarez es líder comunitaria de Bajamar, que aunque no vive en el sitio, la apoya con todas sus energías. Ella es la que mejor lleva el recuento de lo que ha venido sucediendo en la aldea.

Además
  • > En Bajamar los pobladores carecen de un sistema de alcantarillado sanitario. En su lugar utilizan fosas sépticas. El servicio de agua potable está al alcance de la mayoría.

“Desde antes de abril hemos estado aprendiendo sobre el cambio climático, porque desde poco antes el mar se ha estado metiendo a la comunidad y ha causado bastantes problemas. Se ha llevado negocios, viviendas y hemos buscado la manera de cómo detener un poco eso. Sabemos que no podemos con la naturaleza, pero sí podemos gestionar para mitigar esta problemática”, expuso.

Ese 12 de abril fue crucial por las acciones que se tomaron para empezar a ganarle, al menos las primeras partidas, al mar que venía entrando como “Pedro por su casa” a la aldea.

El primer paso fue convocar al foro denominado “Problemática del cambio climático en las comunidades garífunas”.

$!La escollera de piedra necesitará ser reforzada, pues se ha comenzado a hundir. Sembraron nuevos cocoteros.

Ese día se reunieron en el poblado las principales autoridades del gobierno y la alcaldía, así como expertos conocedores del cambio climático para que les explicaran lo que sucedía, y principalmente qué hacer para evitar un mayor avance.

“Nos dijeron que una de las soluciones más efectivas era construir un rompeolas, pero analizamos que eso de momento no era posible por su costo. Entonces, llegamos a la conclusión que hacer una escollera de piedra era una solución más próxima para detener esta situación”, expuso.

" El mar es impredecible, hoy está calmado y manso, pero mañana viene un mal tiempo y ya se pone bravo, violento y arrasa con todo, las palmeras de coco, los palos de uva, árboles, champitas. "

La escollera o espigón es una estructura construida con piedras o bloques de hormigón para controlar el oleaje en las costas. Su principal objetivo es el de parar la fuerza de las olas, reduciendo su efecto y la energía de impacto.

Con el apoyo de la comuna porteña se ordenó distribuir en la zona más afectada 200 metros de piedra, pero debido a que el mar ha incursionado por otros puntos les concedieron otros 200 metros más de piedra, los que dividieron 100 para el lado izquierdo y 100 para el derecho.

$!Paredes de lo que fueron las viviendas quedan aún a orillas de la playa de Bajamar. Sus residentes tuvieron que buscar otro lugar para vivir.

El objetivo es colocar más piedra a todo lo largo de la playa. Eso aunque protege los bienes, a la larga es contraproducente porque el mar ya no forma playa.

“Falta mucho más por hacer. Sabemos que la alcaldía tiene que atender a muchas más comunidades y que un rompeolas cuesta quizá miles de millones de lempiras, pero eso es lo que salvaría nuestra comunidad porque son más efectivos, tal como los que tienen en Omoa”, expuso.

$!En Bajamar no hay restaurantes. Los pocos negocios a la orilla de la playa se dedican a la venta de bebidas alcohólicas y otros son pulperías.

Actúan

La alcaldesa de Puerto Cortés, María Luisa Martel, señaló que han estado trabajando en la recuperación de la playa en Bajamar, ya que la comunidad perdió varias construcciones a raíz de la intrusión de la marea.

Para la alcaldesa las acciones tomadas evitarán que el daño continúe. Señaló que han intervenido con el vertido de relleno en la zona de la playa y que continuarán apoyando a la comunidad.

" En poco tiempo hemos intervenido en muchos sectores de la ciudad. Realizamos varias pavimentaciones, construimos los senderos de la laguna y apoyamos comunidades afectadas por el mar como Bajamar. "

“Estos eventos son cíclicos y ya se han dado en la comunidad luego del paso de tormentas grandes como el huracán Mitch o Eta y Iota. Con la tormenta Julia no hubo tantos problemas por eso no se agudizó el problema”.

Ella personalmente supervisó los trabajos para construir el pequeño malecón construido con piedra y material de relleno y luego recubierto con arena.

“Lo que se ha podido ver es que el mar ha retrocedido un poco. Creemos que no causará mayores daños. Aunque como bien lo dicen los pobladores de la comunidad, estos efectos del cambio climático se han detectado en otros años”, dijo.

$!La basura que llega a la playa es otro de los problemas.