San Pedro Sula es la ciudad más vigilada de Honduras: 1,500 cámaras monitorean calles y avenidas

Ciudades como San Pedro Sula y Tegucigalpa, las dos más grandes del país, están plagadas de cámaras de videovigilancia del Sistema Nacional de Emergencias 911 para que casi nada se escape del “ojo” de estos dispositivos tecnológicos.

Mediante estrategias existe un monitoreo continuo de la población, cuyos pasos quedan registrados a través de estas cámaras. En la actualidad, la ciudad de Honduras donde hay vigilancia extrema es San Pedro Sula, donde funcionan cerca de 1,500 cámaras, debido a que es la urbe donde más incidencias se reportan, particularmente delincuencia, accidentes de tránsito y violencia doméstica. A esta le sigue Tegucigalpa, donde operan casi 800 cámaras.

Autoridades del 911 están contemplando ampliar instalación de al menos 300 cámaras en el Valle de Sula para llegar a los puntos más recónditos, así también prevén una pronta operatividad en el departamento de Comayagua ante el funcionamiento del aeropuerto de Palmerola, lo que representa un flujo masivo de personas a diario.

La Unidad de LA PRENSA Premium ingresó a la restringidas oficinas de monitoreo del 911 en San Pedro Sula para conocer de cerca cómo es actualmente la dinámica de trabajo de esta institución estatal, que se ha convertido en los ojos y oídos de la población en los últimos años.

El centro de recepción de llamadas y el área de video protección son las columnas vertebrales del 911. En el centro de llamadas hay entre 12 a 15 operadores que rotan turnos cada siete u ocho horas porque la información no puede parar, además de supervisores e incluso personal bilingüe, ya que atienden tanto a nacionales como a extranjeros.

Desde que se entra a este punto se escucha a operadores atendiendo llamadas por doquier, una tras otra, sin cesar. Estas llamadas deben durar entre 1 a 2 minutos, según mandan los protocolos internos, y las personas que se comunican no están obligadas a dar su identificación, únicamente indicar cuál es su emergencia y dirección exacta para su rápido registro.

Las llamadas al 911 son confidenciales y gratuitas. Las personas solo deben llamar mediante esta línea cuando tengan una emergencia que ponga en riesgo su vida o bienes.

Autoridades indicaron que se recibe un promedio de 10,000 llamadas diarias, gran parte de estas son vacías y falsas. En esta zona también se encargan de coordinar respuesta con las múltiples entidades integradas al sistema en el territorio nacional.

Los operadores son sometidos periódicamente a pruebas psicológicas para medir su salud mental y valorar su capacidad de atender emergencias en tiempo real y aceleradamente. Del mismo modo, quienes forman parte del 911 tuvieron que pasar por rigurosas pruebas de polígrafo, psicométricas, revisión de antecedentes penales y policiales e historial de no haber consumido estupefacientes o alucinógenos, así como valoración de perfil académico y de compromiso para ser parte de este equipo que se mantiene “en las sombras” por razones inherentes a sus funciones.

La otra zona clave es la de video protección, donde cada operador tiene asignadas unas 140 cámaras por distritos que conforman barrios y colonias. Aquí monitorean las 24 horas a través de cámaras fijas y de rotación de 360 grados, con botones de pánico, sensores de disparos, lectores de placas vehiculares y mapa de calor. Mediante estos monitoreos se han detenido secuestros, asaltos a mano armada y desarticulación de bandas.

Muy cerca está también el área de despacho, donde hay miembros de las instituciones encargadas de responder a las emergencias bajo un mismo techo. Precisamente la fortaleza de la estatal 911 descansa en la conformación y sistematización de estas entidades que desde allí interactúan.

“Las cámaras no solo están en los semáforos, se sitúan en puntos clave de barrios y colonias, sobre todo donde sabemos que se suelen cometer actos delictivos. Hay dispositivos puestos donde la población no se imagina que están, eso significa que estamos rodeados de cámaras”, expuso Marco Antonio Castellanos, director regional del 911.

El funcionario detalló que en este mes de junio se planificó reforzar la vigilancia y nivel de repuesta de llamadas debido a que hay bastante circulante de dinero sobre todo en San Pedro Sula, la ciudad industrial del país.

“En el 911 tenemos un personal muy capaz que sabe que la prioridad es salvar vidas, somos los ojos de la población. La gente debe entender que somos la única línea de comunicación de emergencias en Honduras y que lo pueden hacer con entera confianza”, apuntó el ingeniero a cargo.

Castellanos informó que solo en San Pedro Sula se están vigilando entre 50 a 60 barrios y colonias, aunque no descartan seguir creciendo en cuanto a la implementación de dispositivos.

Remarcó que las cámaras no solo están en los bulevares y calles principales, sino también en circuitos cerrados, particularmente aquellas zonas de alta incidencia, donde incluso, según sus antecedentes, ya miembros de maras y pandillas han dañado algunas de los aparatos.

El jefe regional aseguró que las cámaras están en buenas condiciones, ya que hay un equipo para su mantenimiento. Así que el que quiere cometer un crimen, que lo piensa dos veces.

Fue en 2015 cuando se estableció el Sistema Nacional de Emergencias 911 para combatir los altos niveles de criminalidad.