Impactante: el mar invade las casas en Omoa

Las comunidades de las barras de los ríos Cuyamel y el Motagua fueron borradas del mapa. El mar las eliminó y ahora solo quedan desechos y recuerdos.

Foto: La Prensa

Ver lo que el mar le ha hecho a las comunidades costeras de Cuyamel es dramático. Donde en un tiempo, una familia lavaba su rompa ahora golpea el mar. Cada año, el problema se agudiza.

lun 31 de octubre de 2022

12 min. de lectura

Cuyamel, Omoa

Las comunidades donde desembocan los ríos Motagua y Cuyamel fueron eliminadas de la geografía de Honduras.Es una catástrofe que lleva 30 años y que hasta hace un par de semanas por fin tiene un parteaguas.

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Allí múltiples situaciones ambientales, climáticas y de otras fuerzas se conjugaron para dejar a la población en una encrucijada que los puso a elegir entre la vida y la muerte.

Las comunidades desaparecieron por la embestida del mar y los cambios de curso de los ríos. Con su fuerza, el mar arrancó casas desde sus cimientos, las desapareció y las pocas que están en pie son envueltas por el oleaje cuando los temporales con viento del norte llegan.

Tome nota
  • > Las barras del Motagua y Cuyamel están dentro del sitio Ramsar, Sistema de humedales Cuyamel-Omoa, hábitat de especies en peligro de extinción, como el manatí antillano, el pájaro jabirú, cocodrilos y especies de tortugas marinas.

Técnicamente, la línea costera de las comunidades de las barras del río Motagua y barras de Cuyamel ha sufrido el mayor impacto por la intrusión del mar con la presencia de eventos climáticos, como las tormentas tropicales, las vaguadas, los huracanes, así mismo, los riesgos de procesos geológicos como los sismos.

Aunado a eso, durante más de una década han sido invadidas por la contaminación que dejan toneladas de basura que vienen de Guatemala a través del río Motagua, lo que hizo sus últimos días en las barras, una terrible pesadilla.

$!Esta casa evidencia la entrada del mar a la comunidad de la barra de Cuyamel y la dejó inhabitable.

La comunidad de Barras de Cuyamel llegó a tener una población de 140 personas en 2013, de los cuales 73 son hombres y 67 mujeres. Y la comunidad de Barras de Río Motagua tuvo 195 habitantes, de ellos 113 hombres y 82 mujeres, según el Censo Nacional de Población y Vivienda del año 2013 (INE, 2019).

La gran mayoría de ellos fueron expulsados por el mar, y las lluvias de las tormenta tropical Julia que azotó el mes pasado los hizo huir a una nueva comunidad que les costó lágrimas, mucho apoyo y abundante trabajo.

Ahora ya las disfrutan gracias a las gestiones de líderes comunitarios, alcaldía y oenegés como Cepudo y Food For The Poor.

$!Las paredes que hoy están en pie eran de casas que antes estaban en la parte trasera de la comunidad.

Nostalgia e impotencia

Aunque los pobladores hayan tenido que dejar atrás sus viejas viviendas, el mar es su fuente de empleo y su único medio de vida.

Hace 10 años, los pobladores de las comunidades realizaban actividades de agricultura como los cultivos de arroz, plátano, yuca, cacao y hortalizas, pero esta actividad desapareció debido al daño ocasionado en los suelos productivos por la salinidad que ha dejado la intrusión del mar.

Y la pesca, que es sus sostén, cada vez se complica más. Las redes que usan vienen con más basura que peces, pero aunque es frustrante se las ingenian porque de eso viven.

" En invierno aquí da tristeza, no se puede estar. Aparte tenemos otro dolor de cabeza con la basura del Motagua porque los tramallos se cunden de plástico y se rompen. "

Mardoqueo Pérez Salguero es un poblador nativo de las barras. Con nostalgia señala con su mano, parado desde los escombros de una casa que estaba en la parte trasera de la comunidad, a dónde quedaba su vivienda.

“Mi casa quedaba por allá donde revientan las olas. Los solares que teníamos, el mar se los ha llevado. Nos tocó salirnos porque ya no teníamos a dónde vivir. Nos tocó desalojar”, señala.

Pérez no se ha ido del todo. Es de los pocos que aún viven en la barra del Motagua, adonde se fue después de que la del Cuyamel desapareció.

Cuenta que cuando el mar comenzó a golpearlos, lo que hacían era retroceder con todo y casas, pero llegó un tiempo donde se quedaron sin patio y sin comunidad.

“No nos podemos ir del todo de aquí porque vivimos de la pesca. Algunos vecinos se han acomodado en otros lados por las llenas o cuando el mar se enoja”, lamenta. Cuando todo se inunda debe evacuar junto a toda su familia.

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Riesgo constante

Moisés Castro, oficial de prevención del Comité de Emergencias Municipal (Codem) de Omoa, asegura que el problema en las barras tiene muchas causas y data desde hace al menos 30 años.

Debido a que los problemas se fueron agudizando haciendo la vida de las personas una tortura, se volvió una misión el buscar alternativas para reubicar a todas las familias de las barras. Aunque ya están en un nuevo hogar 74 núcleos familiares, otros, al menos 11, no quisieron irse de las barras.

“El mayor problema por pérdida de playas se dio en las barras y en parte ha sido porque Guatemala redireccionó el río Motagua. Los guatemaltecos lo canalizaron por otro lado y han hecho un tipo de espigón en la desembocadura del río al mar. Eso fue el detonante para que se comiera más rápido las playas. Eso es causa catastrófica que los guatemaltecos hicieron eso ahí porque la playa de nosotros se perdió y la de ellos mejoró”, afirma.

También no deja de darle su cuota de culpa al cambio climático, pues es notorio que le está pasando factura a las playas.

“En las barras todavía hay ocho o nueve familias. Son personas que no creyeron en la gestión que se estaba haciendo, no quisieron colaborar y no le dieron importancia. Ahora que ven eso tan bonito ellos están pidiendo que los ayuden a salir de ahí”, apuntó.

Él se refiere al nuevo proyecto habitacional que de momento se llama Los Achiotes, pero que está próximo a ser bautizado como la comunidad Unión Barras, ya que hay familias de las dos barras que ahora conviven en la nueva comunidad donde se construyeron 74 nuevas casas, y a las que se les dotó de todos los servicios básicos, escuela, centro comunal y próximamente una guardería infantil.

Datos
  • > 382 km en omoa. El municipio se conforma por 28 aldeas y 148 caseríos. La población es de 51,046 personas.
  • > 14 ríos tiene omoa. Motagua, Chiquito, Cuyamel,
    Masca, Coco, Chachaguala, Coto, Omoa, Tulián, Chivana, San Ildefonso, San Carlos, Tegucigalpita y Cortesitos.

“Además de la entrada del mar, cada vez más violento, se sigue enfrentando el problema de la basura chapina que arrastra el río Motagua, lo que genera insalubridad, enorme contaminación y una enorme cantidad de plagas”.

“A ellos se les contaminó hasta los lugares donde sembraban. Eso se contaminó y se salinizó, aunado a que el mar con el oleaje alto entró. A veces el mar tenía oleajes de siete metros y el mar cruzaba la barra de lado a lado. Ahora la de Cuyamel y la del Motagua son poco menos que una ensenada. Cuando hay viento norte, es peor la pérdida en Cuyamel”, expone.

Para contar el impacto ambiental que causa el río Motagua hay que ponerse cómodo. Además de todo lo que ha hecho en las barras, tuvo después de las lluvias de septiembre y la tormenta Julia, inundadas todas las vegas del Motagua.Eso obligó a mantener en albergues a al menos 10 familias porque el río se desbordó, y del lado de Honduras no hay bordos.

“Con el tema de la basura Honduras ni se ha dignado a procesar o demandar a Guatemala para que pare esa basura. Esas reuniones no han pasado de comer buen café y buenas meriendas. Si me pregunta qué se ha logrado de todas las reuniones con autoridades de Guatemala, le diría con propiedad que: Nada, nada, absolutamente nada”.