Hondureños, ante el racismo en España: “Cuando ven mi color de piel, me descartan”

LA PRENSA Premium recoge testimonios de hondureños que sufrieron episodios de microrracismo, aunque algunos revelan que fueron discriminados abiertamente por su color de piel

Foto: Foto de EFE/archivo.

Manifestación contra el racismo en Madrid, España. En las últimas semana se ha avivado el tema debido a los insultos contra el jugador Vinicius.

mar 6 de junio de 2023

6:04 min. de lectura

Barcelona, España.-

Pasadas las dos de la tarde, Ricardo entra a un restaurante de Casteldefels, un municipio de Barcelona, para saciar su hambre luego de seis horas de trabajo, la mitad de su jornada.

Se sienta frente a la barra y pide en su idioma, el español, un menú: costillas de cerdo, papás y ensalada rusa. El camarero lo observa y se queda en silencio.

Pasan 20 minutos. Y a Ricardo la comida no se la sirven. En ese momento, dos personas (catalanes, a juzgar por su dialecto y aspecto físico) ordenan en catalán dos cafés y dos croissant.

El mismo camarero, que observa a Ricardo mientras pedía, les toma la orden. Y dos minutos después, les sirve. Pregunta si hubo algún problema con su pedido. Y el camarero nuevamente lo observa, se queda en silencio y sigue limpiando la barra.

“No pude comer allí porque no soy como ellos”, cuenta Ricardo, un hondureño víctima de racismo en España, quien trajo a memoria ese episodio por lo ocurrido con el brasileño Vinicius Júnior, el 21 de mayo, mientras su equipo, el Real Madrid, enfrentaba al Valencia.

El racismo del que son presas los hondureños en España no distingue edad, ni sexo, ni religión. Y como a Ricardo, los casos fácilmente se pueden multiplicar por 100 y, además, se encuentran en todos los ámbitos.

El informe más reciente sobre la Percepción de la discriminación por origen racial o étnico por parte de sus potenciales víctimas, realizado en en 2020 por el Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica (CEDRE), arroja datos preocupantes.

Por ejemplo, que las conductas discriminatorias a la población inmigrante no europea ha aumentado en 10 puntos, respecto a 2013: del 20.9% pasó al 30.7%.

Renta de vivienda, otro problema

La hondureña Karla Núñez, de 39 años, vive en Madrid desde hace siete años. Y desde hace siete meses comenzó a buscar apartamento para rentar.

Pero ni los cuantiosos costos que hay que pagar en España para alquilar un piso (tres cuotas que varían de acuerdo al costo del piso), como se les dice, han sido el obstáculo para que Karla pueda hacerse de uno.

El gran problema ha sido, dijo a LA PRENSA Premium, el racismo inmobiliario, que es una práctica que utiliza una inmobiliaria para ralentizar o incrementar los requisitos para que una persona no española o inmigrante no alquile el inmueble.

“Aparte de la nómina (su salario), de las tres fianzas (cuotas), me pedían un aval que respaldara mi alquiler, como si mi trabajo o mi dinero no valen o generan seguridad”, cuenta desconcertada porque “llegará diciembre y, por cómo veo esto, no tendré un piso”.

“Me di cuenta que a la semana de haber intentado rentar el piso, una pareja española lo rentó”, detalla, mientras espera alquilar uno en los siguientes días.

Un informe del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica (Cedre) indica que el 31% de sus encuestados denunciaron racismo inmobiliario, el doble que en 2013.

Pese a que algunas inmobiliarias de España prefieren rentar los pisos a ciudadanos de la Madre Patria, esa práctica es sancionada por la Ley Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación.

En 2020, un informe de Provivienda (una asociación dedicada mejorar la realidad residencial y hacer efectivo el derecho a la vivienda), en conjunto con el Ministerio de Inclusión de España, señaló que el 70% de la inmobiliarias reconocieron que aplicaron discriminación racial total si lo piden los propietarios que los contratan.

Pero, pese a las normativas, el racismo inmobiliario sigue afectando a los hondureños.

Discriminación
  • > Un siete por ciento de la población residente en España declaró que “no le han escuchado al buscar empleo o le han rechazado durante una entrevista” por su origen étnico
  • > Las conductas discriminatorias a la población inmigrante no europea han aumentado en España en 10 puntos, respecto a 2013: del 20.9% pasó al 30.7%
  • > 70% de la inmobiliarias reconocieron que aplicaron discriminación racial total si lo piden los propietarios que los contratan.

Marginados

A Irving, de 35 años y habitante de Barcelona, no le tienen que contar historias racismo después de haber sido el foco de comentarios despectivos por su color de piel u origen. Este joven, de tez trigueña, alto y cara aguileña, recuerda que, cuando estuvo trabajando en una fábrica de agroquímicos, un cliente no tuvo reparo en discriminarlo de forma abierta.

Tras una intensa jornada de trabajo junto a un compañero africano, el cliente llegó a devolver varias bolsas de fertilizantes, pues se habían equivocado en el pedido. Así que tocaba ayudar con la descarga.

Por una extraña razón, el personal de origen español en la empresa no colaboró con las acciones de descarga, así que el comprador de dirigió hacia el latino y el africano para ordenarles bajar los fertilizantes.

”Se nos acercó a nosotros dos, a los migrantes, y nos dijo los siguiente: que hiciéramos este trabajo porque, igual, eran migrantes y lo teníamos que hacer por un par de pesas“, recordó.

Sin embargo, los momentos más crudos ocurren cada vez que sale a buscar trabajo. Como si el color de piel fuera un requisito, ha quedado descartado de varias ofertas de empleo por su apariencia morena. No lo intuye, lo sabe.

“El año pasado en un supermercado, pregunté por una plaza de trabajo. La persona me dijo que no se podía, me puso mil trabas”, relató.

Sin embargo, tras salir del local, se encontró con un amigo que bien se camuflajeada con los catalanes por su tez blanca y su acento tenso y fuerte. “Le comenté lo que me pasó y fue al supermercado, pues (la misma persona) le agarró los papeles y le dijo que era el tipo de persona que buscaba”.

No ha sido una ocasión exclusiva, pues para varias entrevistas de trabajo, “al momento que me contactan, me pueden requerir, pero cuando me ven en persona me descartan por mi color de piel”.

Así como Irving, un siete por ciento de los encuestados del informe del gobierno español señala que “no le han escuchado al buscar empleo o le han rechazado durante una entrevista” por su origen étnico.

" “Me di cuenta que a la semana de haber intentado rentar el piso, una pareja española lo rentó” "

Estereotipos

Dana -nombre ficticio- ha abrazado la cultura española. 28 años de vida, de los cuales siete ha hecho en España. Como parte de su proceso de adaptación la asimilación fonética hizo efectos en su pronunciación (como decimos en Honduras, ya habla como española: la zeta marcada, el vosotros y el ritmo intenso y fuerte).

Sin embargo, Dana tampoco ha estado libre de extrañas miradas o comentarios microrracistas (expresiones cotidianas sutilmente discriminativas). “Cuando digo de dónde soy (me dicen), ‘¡ay, pero no pareces hondureña, no hablas como ellos!’”.

”En una alguna ocasión, cuando dije mi edad, dedujeron que tenía hijos... la absurda creencia que por ser latinas tenemos hijos a pronta edad”, criticó la hondureña.

Su reflexión final es que el racismo camina de la mano de los esterotipos. Lamentablemente, “nosotros mismos normalizamos esas situaciones”.