Trafican con fotos y videos íntimos de hondureñas en Telegram

Material se mueve por exnoviosos, exesposos, amigos, vecinos y hasta familiares. LA PRENSA Premium identificó cómo redes propagan contenido sexual en grupos abiertos y VIP de Telegram, con paquetes que incluyen fotografías, vídeos y perfiles.

Foto: Producción gráfica: LA PRENSA

Comunidades enteras de usuarios desconocidos difunden gratis contenido de estudiantes, modelos, periodistas y el “exclusivo” lo venden.

dom 12 de mayo de 2024

20 min. de lectura

San Pedro Sula, Honduras.

Redes clandestinas operan en aplicaciones sociales como Telegram manteniendo activos diversos grupos o canales donde comparten fotografías, vídeos e información sensible sin consentimiento de la víctima. Nadie se salva: novias, esposas, exparejas, familiares, amigas, vecinas e incluso adolescentes y niñas, de Honduras.

En febrero de este año, Santos Bernabé Chavarría fue capturado en Cofradía, Cortés, por equipos de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos, por suponerlo responsable de pornografía infantil.

Está señalado de abusar sexualmente de sus hijas de cuatro y siete años, a quienes supuestamente grababa y luego difundía el material en Internet. Informantes de la Policía en San Pedro Sula revelaron a este medio de comunicación que esta investigación duró aproximadamente un año hasta capturarlo; todo surgió a través de una denuncia y le encontraron al menos cinco gigabythes de material.

En julio de 2023, Sergio Daniel Ponce Suazo fue arrestado por la Dirección Policial de Investigaciones en San Pedro Sula, sospechoso de elaboración y utilización de pornografía infantil.

En abril pasado fueron aprehendidos tres estadounidenses en Roatán, Islas de la Bahía, que aparentemente pertenecen a una banda autodenominada Delta Teams, encontrándoles evidencia de material íntimo de menores. Todos estos casos continúan pendientes de juicio.

$!Equipo de LA PRENSA Premium mapeando la actividad de cada uno de los grupos que funcionan clandestinamente en Telegram.

Estos expedientes son un espejo de este oscuro mundo, donde se comparten archivos ilícitos afectando a víctimas de todas las edades. Los arrestos antes descritos son apenas una muestra de los peligros y la gravedad de la situación que enfrenta la población, especialmente en el contexto digital donde estas actividades hallan terreno fértil para proliferar.

Modus operandi

Durante más de un año, la Unidad de Investigación de LA PRENSA siguió de cerca estos grupos, estableciendo contacto indirecto con administradores como “Demonio Loco” y “Pinki”, seudónimos detrás de los cuales se desconoce a ciencia cierta si se esconde una sola persona o varias. Lo que es claro es que son figuras extremadamente activas, gestionando una gran cantidad de canales de Telegram al mismo tiempo, donde se difunde contenido pornográfico sin restricciones.

Se identificó una variedad de grupos con características distintivas, los cuales se encuentran divididos por áreas como colonias o barrios, municipios o ciudades, así como por departamentos. Además, se observó una categorización general bajo la denominación de “hn” u Honduras. Figuran grupos específicos como Choluteca, San Pedro Sula, Santa Rosa de Copán, Satélite, Cabañas, Choloma, entre otros.

Sobre su funcionamiento
  • > El que se permita canales de hasta 200,000 usuarios, facilita la difusión de estos contenidos. Cuando un grupos sale a la luz, usuarios lo cierran y armen otro.
  • > Canales privados se caracterizan por ser confidenciales y cifrados, lo que se traduce en que nadie puede verlos. Se accede solo por enlaces de invitación
  • > Lo que se envía está cifrado de forma segura, a veces no se puede compartir ni capturar pantalla
  • > Mayoría usa nombres falsos para no ser reconocidos
  • > Telegram no tiene política para aplacar distribución no consensuada, pero en sus términos de uso pide aceptar “no publicar contenido pornográfico”

Estos grupos se hallan accesibles con una simple búsqueda y tras unirse a varios de ellos, pero los más peligrosos son los VIP. En estos espacios, el contenido compartido alcanza niveles de explicitud altos, incluyendo vídeos e imágenes de índole extremadamente íntimo, así como material “inédito” y hasta de naturaleza zoofílica.

Acceder a estos círculos cerrados es difícil ¿Cómo se entra? ¿Cuál es la moneda de cambio? Los administradores exigen a usuarios que aporten material sexual explícito de hondureñas que aún no haya sido divulgado públicamente. Además, solicitan pruebas adicionales, como enlaces o capturas de pantalla de las víctimas en plataformas sociales como Facebook e Instagram.

El nivel de secretividad alcanza extremos insospechados, los administradores incluso solicitan a interesados desbloquear su nombre oculto y número de teléfono en la aplicación Telegram, o que participen en llamadas de voz o videollamadas para responder preguntas de seguridad, todo bajo el argumento de un supuesto protocolo. Una vez dentro, para mantenerse en el grupo, los usuarios son obligados a enviar contenido regularmente. A diferencia de grupos más abiertos con 11,000 miembros o más, estos VIP suelen tener un promedio de entre 200 y 300 participantes.

Movimiento masivo

Durante nuestro monitoreo se visualizó cómo muchas mujeres jóvenes y adultas continúan con sus vidas cotidianas, compartiendo en redes sociales momentos hermosos y de felicidad con sus familias, amigos en entornos laborales y académicos, sin imaginar siquiera que sus imágenes íntimas, alguna vez compartidas con exparejas en un gesto de confianza y amor, circulan abiertamente en estos grupos donde todos tienen acceso.

$!En los chat se difunden imágenes, vídeos, enlaces de grupos abiertos para que más usuarios ingresen. Del mismo modo se abren admisiones para enviar contenido “exclusivo” y entrar a los VIP.

Se pudo mirar a colegialas, universitarias, modelos, presentadoras de televisión y profesionales de diversos campos y oficios en el país.

Algunos de los usuarios se jactan compartiendo capturas de pantalla del arsenal de carpetas que tienen almacenadas en sus dispositivos, cada una en orden, con el nombre y apellido de la víctima.

Puede leer: Advierten vulnerabilidad de Honduras ante delitos y fraudes cibernéticos

A los grupos abiertos suelen enviar fotografías de naturaleza erótica para atraer y mantener suscriptores en sus canales privados. En este entorno, los precios de suscripción oscilan entre 10 y 30 dólares por usuario, quienes pueden acceder incluso a contenido en tiempo real. No acaba allí, en Telegram también circulan imágenes de hondureñas dedicadas a la prostitución callejera y se facilitan encuentros de tipo íntimo.

$!Los integrantes comparten capturas de pantalla de perfiles en X, Facebook e Instagram pidiendo contenido íntimo de mujeres que radican en el país o en el extranjero.

En los grupos abiertos se encontró una dinámica donde se busca “cazar” a personas dispuestas a compartir contenido íntimo. Estos grupos no tienen censura y hasta muestran material sexual infantil, así como también hay casos de personas siendo espiadas mientras sostienen relaciones sexuales, fenómeno conocido en este contexto como voyeurismo.

$!Redes suben contenido al sitio web Mega, donde almacenan numerosas carpetas sexuales de hondureñas. Quienen acceden a este espacio altamente cerrado solo son personas que pagan permanentemente una membresía.

En canales abiertos y VIP, la presencia no se limita únicamente a hombres, también hay una cantidad significativa de mujeres participando. Algunas contribuyen enviando material propio en su misión de sentirse deseadas, o el de conocidas incluso, mientras que otras buscan confirmar si alguna imagen o vídeo íntimo suyo está circulando. Incluso existen grupos exclusivos para mujeres, aunque son menos frecuentes, donde intercambian contenido íntimo de hombres.

El ritmo de actividad en estos grupos es notable, con un promedio diario de alrededor de 10,000 envíos entre imágenes, vídeos y mensajes en chat; sin embargo, casi la mitad del contenido es repetido y el resto orgánico o nuevo. En un comportamiento inaceptable, usuarios usan estos canales para pedir imágenes de mujeres que han mirado o admiran en redes sociales, preguntando si alguien más tiene contenido íntimo de ellas.

La situación se agrava cuando llegan al extremo de solicitar material sexual de niños y adolescentes a través de códigos. En estas situaciones, ciertos usuarios responden en privado ofreciendo obtener este tipo de material, ya sea local o de otros lugares, a cambio de una suma de dinero específica. Del mismo modo, es frecuente observar que los administradores aplican el “baneo” de usuarios, a razones como, cuando alguien afirma conocer a la mujer de una fotografía compartida, lo que representa un riesgo de exposición, también ocurre por conflictos internos entre miembros, para mantener orden y seguridad en la comunidad.

" Las personas que administran estos grupos, comparten contenido para lucrarse e incluso solo ingresan para consumir por morbo o afición, están incurriendo penalmente en un delito y pueden terminar presos. Psicológicamente son personas que también tienen un grado importante de afectación "

“Dano”, un antihacker hondureño, fundador de empresas de tecnología, experto en seguridad nacional y defensa nacional en temas de contraterrorismo digital y ethical hacking, explicó a LA PRENSA Premium que al menos el 80% de personas en estos canales son hondureñas y solo se dedican al consumo por placer, mientras que el resto pueden llegar a ser extranjeros que se dedican exclusivamente al contrabando de contenido para venderlo local e internacionalmente.

“Telegram ofrece una seguridad de información de punto a punto, de tal manera que nadie pueda intervenir las comunicaciones, pero eso no quita a que personas como yo puedan extraer números de teléfono, huella digital o a qué grupos están unidos. Eso sí se puede hacer, siempre es vulnerable, siempre se puede rastrear, siempre se puede saber”, advirtió el experto en datos.

Debido a que solo en Francisco Morazán hay oficina especializada en perseguir estos hechos, la Policía Nacional recibió 630 denuncias entre los años 2018 y abril de 2024 por delitos cibernéticos varios, según muestran documentos que conoció LA PRENSA Premium.

Entre las denuncias figuraron 38 cargos consignados como descubrimiento y revelación de secretos, divulgación de imágenes y abuso de confianza, pornografía infantil, extorsión por divulgación, contacto con finalidad sexual con menores por medios electrónicos; en Facebook, WhatsApp, Instagram, Tik Tok, y cuatro de estas en Telegram. Entre los denunciantes están odontólogas, abogadas, comerciantes, periodistas y estudiantes.