Sequía en el Corredor Seco: Toca servir “contados” los frijoles para que ajusten...

LA PRENSA Premium comprobó que la sequía en el Corredor Seco impacta en las cocinas de decenas de familias del occidente del país. De un huevo hacen sopa para cinco, así toca.

Foto: Fotos Héctor Edú

María Isidra López Martínez (49 años) muele y refina en piedra el maíz para luego echar las tortillas y acompañar el almuerzo-cena con pollo y frijolitos.

dom 23 de julio de 2023

15 min. de lectura

LA CAMPA, LEMPIRA

Comer tres veces al día, tomarse una tacita de café a las 3:00 de la tarde, beber un jugo natural o simplemente poner tomate, cebolla y chile dulce a un bistec guisado y acompañarlo con arroz y vegetales hervidos, es algo que no se cruza ni por la mente ni las cocinas de cientos de hondureños de tierra adentro.

Allá, donde la señal de Internet es escasa, donde las calles son intransitables, donde se vive de lo que se siembra, y donde la lluvia simplemente se está tardando en llegar, la gente está pasando hambre.

Aunque estas historias no trascienden ni se hacen virales, porque los “trapos sucios se lavan en casa” o porque nadie las busca, o pocos las quieren contar, están ahí, y LA PRENSA Premium las encontró. Tres mujeres del municipio de San Manuel de Colohote, Lempira, no solo decidieron contar los malabares que hacen para poder sobrevivir, nos abrieron las puertas de sus hogares, y de sus corazones.

3 claves de la emergencia
  • > 1. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el Corredor Seco, una franja de territorio que atraviesa Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala viven más de 10 millones de personas, de las cuáles, 3.2 millones están en Honduras.
  • > 2. La gran mayoría de personas en este corredor, se dedican a actividades agrícolas, en especial a la pequeña producción de granos básicos para consumo propio. Muchas organizaciones internacional están en este momento dotando de raciones nutritivas a cientos de familias en necesidad.
  • > 3. En junio se declaró alerta máxima (roja) en 140 municipios de Honduras por la sequía a causa del fenómeno de El Niño. Los municipios se ubican en los departamentos de Choluteca, Valle, El Paraíso, Francisco Morazán, Comayagua, La Paz, Intibucá, Lempira, Yoro y el norte de Olancho.

María Isidra López Martínez (49 años), su madre María Victoria Martínez de 84 años y Dunia Dinora Vásquez Gómez, enconada lideresa de la aldea Poza Verde -que expone sin tapujos la cruda realidad de los pueblos pobres del Corredor Seco-, son tres mujeres que le ponen rostro, nombre y apellido a las cifras que retumban en los informes donde se habla de las consecuencias de la sequía, la llamada inseguridad alimentaria. Ellas son tres de los 3.2 millones de hondureños que en este momento viven en carne propia la crisis alimentaria, dicho de otra forma, no tiene qué comer o lo que hay, ya casi se acaba.

Los frijoles se sirven contaditos

¿Se imagina cómo un huevo podría ajustar para una familia numerosa de cinco o 10 integrantes; o tener que servir contados los frijoles, sin machacarlos, porque así se gastan más rápido?

En los pueblos de Lempira, Intibucá, La Paz, Copán y todos los que están en el llamado Corredor Seco de Honduras lo hacen.

Mientras termina de moler una libra de maíz que cocinó para hacer tortillas que le deben ajustar para unos cuatro tiempos de comida, para ella, su mamá y su hija, María Isidra López Martínez (49 años) cuenta que su casa es de la pocas que tienen comida en su aldea Poza Verde, porque cuando el corte de café termina, lo primero que hace es comprar sus sacos de maíz y frijoles, les mete ajos y los almacena para que duren hasta el siguiente corte.

$!Dunia Dinora Vásquez Gómez, lideresa de Poza Verde, San Manuel de Colohete, dice que cada día, decenas de jóvenes y hasta personas mayores emigran ante el mar de carencias con el que viven. Ella nos mostró su pueblo y su familia, donde sufren necesidad.

Por su edad, no labra la tierra, tampoco hay hombres en la casa para que lo hagan, por eso, cuando los ahorritos se acaban o hay una emergencia de salud, toca pedir prestado al finquero, que les da, pero pagando un 5% de interés, con la promesa de pagarle en el siguiente corte.

“Hace poco saqué un préstamo porque mi mamá se enfermó. Solo para sacarla de aldea en un carro pagué 1,000 lempiras, pero los que alquilan el dinero cobran 5%, y si lo tiene unos cinco meses, tiene que ver de dónde quita préstamo”, dice mientras empieza a hacer las tortillas en las palmas de sus manos y le da vuelta a tres piezas de pollo, que fríe con ajo y un poquito de sal.

María Isidra señala que ella tiene que comprar el maíz, porque para sembrarlo ya no le ajusta. Aparte de que el fertilizante está caro, tiene que pagarle 250 a un varón que le limpie la tarea (parcela), sin contar el riesgo de que no crezca por la falta de lluvia, o no tenga el dinero para el abono.

“Con ese dinero mejor compro una media -arroba- de maíz, ya ahí la tengo, porque si le pago al mozo, y luego no tengo el pisto para el abono y no me da (producción), me sale peor. Yo saco un presupuesto. Ahora estamos pidiendo a Dios que venga el corte, porque de esas fincas nos mantenemos”, dice con seguridad.

Con igual sinceridad nos contó que el pollito que tenía sobre el fogón, y las tortillas que estaba poniendo sobre el comal, se las iban a comer como a las 2:00 de la tarde para así no tener que hacer cena. “Es que eso toca. Comer a veces una vez al día. Llevar contadas las tortillas, y si Dios permite, nos quedan dos cada una para el desayuno. Ese poquito de maíz que ve ahí, lo tengo para la cena y hasta para el almuerzo de mañana. El frijol no lo podemos machacar y hacerlo con manteca, tenemos que comerlos enteritos, contados, y solo una cucharadita, porque si los molemos se van todos”, dice a ratos riendo, por contar sin pena, lo que hace para la sobrevivencia de ella y su familia, y sin dejar de dar gracias a Dios, porque las ha sostenido.

Sopa de huevo para cinco... o para 10

Dunia Dinora Vásquez Gómez, también habla sin temor sobre la precariedad de alimentos que enfrentan ella, su familia, sus vecinos y varios más en su municipio. Ha sido formada por la Comisión de Acción Social Menonita (Casm) de la región de La Campa como dirigente comunal. Es por eso que con gran facilidad de expresión detalla lo que sufren por la sequía y el cambio climático que también explica con precisión.

También condena que la asistencia y ayudas solo lleguen a los que son de Libertad y Refundación, partido de gobierno, y excluyan a liberales y nacionalistas, que predominan en las tierras del indómito cacique Lempira.

Sobre las necesidades que enfrentan, señaló, que ante la falta de maíz y frijoles, en su aldea, la población está basando su régimen alimentario en plátano, raíces de malanga y yuca. “El maíz está caro y escaso. Se está consiguiendo a 50 lempiras la medida, que trae seis libras.

¿Para cuántos ajusta una medida de maíz?, preguntamos. Eso dependerá de cuántos integran los núcleos familiares. “Hay familias de cuatro, cinco y seis integrantes, pero la verdadera realidad en el campo es que la mayoría de familias tienen 12, 14 o más. En mi comunidad hay tres núcleos familiares que tienen más de 16 miembros”, precisó.

Señala que en su papel de lideresa, le toca monitorear la talla y peso de los 29 niños de la aldea. “Es lamentable darse cuenta y ver que al final de una evaluación hay muchos niños con malnutrición. Hay mujeres embarazadas, que es la etapa donde deben estar mejor alimentadas, pero, una comiéndose un platanito verde en la mañana y otro en la tarde con un vaso de agua, eso no es buena alimentación. En realidad la comunidad de Poza Verde necesita de organismos internacionales que intervengan de una forma directa, que no lo hagan como los gobiernos municipales, por color y ego político”, demandó.

Dato
  • > 28 municipios, 299 aldeas. Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que datan de 2013 señalaban que entonces habían registrados 321,179 habitantes, 161,043 hombres y 160,136 mujeres. No hay datos actuales.

El acceso a las proteínas básicas como leche, huevo, carnes o incluso lácteos, tampoco sucede.

Dunia, quien cuenta que hace una semana estuvo a punto de emigrar rumbo a Estados Unidos, pero no se fue debido a que se le descargó el celular justo el día que sus compañeros de viaje le darían el aviso, señala que tener un huevo y pretender comérselo uno solo es impensable.

“Si somos cinco en la familia y solo hay un huevo, lo que hacemos es poner a hervir un poquito de agua, le ponemos una pizca de sal, si hay un ajo, batimos el huevo y hacemos una sopita, y tomamos un poquito cada uno de los miembros de la familia. Eso no es alimentarse, eso es sustentar por un tiempo el estómago. Eso repercute en problemas de nutrición, en mal aprendizaje para los niños”.

$!Familias enteras en el área rural de lempira sufren desnutrición por crisis alimentaria.